Realmente existen más de cinco “muchos más” pues el proceso de percepción de un consumidor hacia la marca difiere como su conocimiento personal de si mismo, sin embargo en el acervo popular los colombianos tenemos algo que muchos llaman -un elemento cultural de su entorno-, nosotros lo llamamos en el argot popular “malicia indígena” (y los mercadólogos como todos los demás la necesitamos bastante) pues los clientes se adaptan como camaleones y se esconden también entre su gusto y adherencia de nuestros productos y servicios, acá definiremos tres tipos de clientes que todo mercadólogo -local o no- puede empezar a apropiar y observar en su propio entorno.
1. El comprador de promociones: Un cliente para el que todo lo que lleve anclado como promesa de venta la famosa “P” es inigualable, sin duda es un buen prospecto, -el único bache- de llegar a este tipo de consumidor es que se debe estar siempre generando en su percepción la idea que todo se puede conseguir más económico, siendo el precio un factor determinante en su compra.
2. El buscador: En un inicio, así no pareciera importarle el producto en si, su motivación real es encontrar ofertas con cada vez mayores e inexplorados segmentos, es la ley de la división en bandeja de plata para un cliente -que sin importar si lo necesita o no- se empeña -como sea- en encontrar productos que tal vez para los demás sean insignificantes pero para el al final será el que cumpla con mayores atributos y será una compra estructurada sea esta inteligente o no.
3. El comprador compulsivo: Aquel consumidor que no sabía que necesitaba aquello –y realmente no lo necesita- pero su proceso de percepción es bastante “maleable” y a su vez le pide tener “extra” del producto o servicio para estar más a salvo, su armadura es como un chaleco antibalas y siempre puede requerir ese producto o servicio, muchas veces es tal su compulsión que no logra asociar precio a producto y se queda con el valor percibido que le da la marca.
4. El leal: Aquel que en su percepción creció, triunfo, logró o creyó entender los atributos de su producto o servicio, “ojo” este cliente puede ser mixto, es decir puede ser leal compulsivo, leal tóxico o leal buscador, la gran ventaja es que por encima esta su amor por la marca lo cual es tan difícil de arrancarle como su lealtad.
5. Tóxico: Nada le gusta y todo le parece podría ser mejor, así seguirá por el camino de las marcas pues el problema no son sus necesidades ¡es su percepción frente al consumo! y allí el camino más que contrariarlo es soportarlo buscando espacios para entregarle alternativas que lo saquen de ese “limbo” que va mucho más allá del poder de las marcas.
Ya puede empezar a relacionar como su nicho de consumo puede ser una mezcla impredecible de consumidores en el amplio espectro del marketing actual.