Se descubrió una carta escrita por Mozart y publicada en el “General Music Journal” allá en 1815. En ella, Amadeus describe “su” proceso creativo como instantáneo: sin batallas, sufrimientos ni bloqueos. “Cuando las Musas aparecían -continuaba su escrito-, Él estaba listo”. ¿EL PROBLEMA?. ¡Hoy sabemos que la carta es falsa!. Así nos informa “Jory Mackay” en un artículo publicado en “Lifehacker”. “Como muchos otros mitos sobre la creatividad, el método místico descrito en la carta sirve tan sólo para acentuar lo que ya de por sí erróneamente creemos acerca de la creatividad: Algo parecido a una habilidad mágica que sólo algunos poseen y de la que (supuestamente) muchos otros carecen”, nos informa la articulista. Yo pienso que hemos construido una imagen de la creatividad totalmente falsa; equivocada que, en muchos casos, nos detiene de mostrar auto-creatividad. Te presento algunos de los mitos más conocidos acerca de ELLA que, sin embargo, muchos admiten como verdaderos frenando (o escudándose de su falta) su propia creatividad.
La creatividad es algo con lo que naces. ¿Existe acaso verdad en esto?. Si bien algunos psicólogos argumentan que los rasgos creativos pueden ser heredados, ninguno de ellos sugiere que exista “una casta sagrada” de creativos en la que tú, por divina gracia, podrías haber nacido (o por desgracia no). Sin embargo el mito persiste. Estudios han demostrado que la creatividad, mientras que sí es influenciada por familia o circunstancia, es una habilidad que todos inherentemente poseemos. Ella puede ser alimentada, desarrollada y enseñada. Walt Disney fue despedido en 1919 debido a que, según su editor, carecía de imaginación e ideas brillantes. La creatividad es inherente al individuo, como el pensamiento y las ideas. Más ésta no está a flor de piel, hay que ir por ella al interior de uno mismo. En el último mito veremos más a fondo como las limitaciones ayudan.
La inspiración es incontrolable, aparece cuando se le pega la gana. El concepto de que “La Musa” aparece cuando “ella” está lista y careces de control sobre cómo y cuándo aparecerá es un mito. Mientras algunos se inspiran antes de despertar o nadar, otros lo hacen en la regadera. Los investigadores han descubierto que estos momentos de aparente “inspiración divina”, son realmente la culminación de un arduo trabajo previo cuya “resultante idea” se encuentra burbujeando en nuestra mente en esos precisos momentos de distracción emanando gloriosamente. La psicóloga e investigadora de la “Universidad de Harvard” “Shelly A. Carson” declara que “estos momentos” son el resultado de un “período de incubación” que se presenta cuando nuestra mente está libre de conexiones que normalmente no haríamos (un fenómeno llamado Pensamiento Divergente y que es base de la creatividad). Ese trabajo es necesario para la creatividad, sin él, no surge la idea dominante que tanto buscamos.
Convertirse en alguien creativo no se puede aprender. Al igual que, “la creatividad es algo con lo que naces”, éste es un mito más. Estudios de la “Universidad Estatal de Buffalo NY”, muestran como el cerebro de escritores veteranos (con al menos una década de experiencia) escriben en una forma más fluida, con mayor fuerza emocional, sin prejuicios y/o filtros. Estos escritores, finalmente más creativos, son comparados con escritores principiantes. En la corteza frontal del cerebro encargada de motivación, planeación, recompensa y atención (entre otras funciones) el cerebro de los expertos escritores mostró más actividad que los noveles; especialmente en áreas cruciales para el lenguaje y selección de metas. Todos estos elementos desarrollados en la práctica y la perseverancia del aprendizaje. “Alex Fredera” de la “Sociedad Británica de Psicología” concluye que las ideas bullen dentro de todos compitiendo para llegar a la garganta o la pluma, el aprendizaje nos ayuda a allanar ese camino.
La creatividad sucede en soledad. Esta imagen cinematográfica del escritor al interior de una cabaña en el bosque atacando furiosamente una vieja máquina de escribir… es un mito. En los estudios de animación “Pixar”, cuando un artista gráfico crea nuevos personajes, lo hace sentado junto a muchos otros en rededor de una mesa. Dibuja ideas colocándolas en medio, a la vista de sus colegas. Todos aprovechan de las ideas de otros montándose en la creatividad e imaginación de los demás a fin de catapultar ideas propias. “David Butkus”, autor de “Los mitos de la creatividad: la verdad acerca de como compañías y personas innovadoras generan grandes ideas”, ha liderado el concepto de: “Grupos de Apoyo a Creativos Anónimos” basándose en aquel famoso grupo de escritores auto-llamados “Los Inklings” formado por “J.R.R. Tolkien”, “C.S. Lewis”, “Charles Williams” entre otros que se reunían informalmente en tabernas y/o domicilios propios para discutir influencias, mostrar “drafts” o criticarse abiertamente en sus trabajos. Se cuenta que “C.S. Lewis” tuvo una acalorada discusión asegurándole a “Tolkien” que un escrito suyo estaba lo suficientemente sólido para ser publicado (Tolkien dudaba). ¿Quizás has escuchado del escrito: “El Señor de los Anillos”.
La creatividad es prerrogativa de aquellos con tiempo y dinero. Probablemente en la Edad Media o El Renacimiento la necesidad de mecenas era insustituible y seguramente miles de seres altamente creativos jamás surgieron. Sin embargo, en contraposición y desmitificación, un estudio del departamento de psicología social de la “Universidad de Amsterdam”, mostró que cuando la gente se encuentra ante restricciones inesperadas, es forzada a dar un paso atrás: mirar el bosque (en oposición a ver el árbol) y hacer conexiones entre elementos que normalmente no haría. Esta habilidad es llamada “Procesamiento Global”, un hito fundamental de la creatividad. Tiempo y dinero son restricciones que catapultan la creatividad. Como ejemplo tenemos la apuesta que le hiciera el fundador “Bennett Cerf” de la editorial “Random House” al Dr. Seuss. Él habría de escribir una obra infantil con solamente 50 diferentes palabras. Nació así “Green Eggs and Ham” (Huevos verdes y jamón) con ventas hasta el momento de más de 200 millones de unidades.