Conformar un negocio ya de por sí es complicado, cerrar otro negocio con un aliado potencial que dudará hasta el último momento del éxito de su trato, es doblemente complicado.
El empresario se enfrenta a condiciones económicas variables e impredecibles, a la enorme competencia en la industria y finalmente a la necesidad de cerrar un trato que puede ser la diferencia en su compañía.
Afortunadamente todo está en realizar las acciones adecuadas y fortalecer lazos inquebrantables, todo depende de los caminos que se tomen.
Actitud
A veces todo está en cómo te proyectas con quien harás el negocio. Todo CEO debería tomar clases de oratoria, ortografía y actuación, es fundamental expresarse de forma adecuada para “venderse”. Saber comunicar tus talentos, exaltarlos y que te retribuyan es clave para el éxito profesional sobre otros. La experiencia que le generas a otros es lo que te compran, no el resultado, porque al final habrá quien logre lo que tú, siempre lo hay, pero lo que tú aportas y nadie más es lo que te hace destacar del resto. Tal como te lo comentamos en “Cómo puedes ser el ganador entre tus competidores”.
Ganar- Ganar
¿Puede alguien resistirse a un negocio que demuestra ser exitoso? La respuesta es no, por ello necesitas plantear los resultados que dará tu empresa a la de tu potencial aliado, aunque tu speech por alguna extraña razón no haya sido el mejor, si demuestras ganancias, no habrá pero que valga.
Relaciones públicas
Tener amigos en la industria es el camino que te llevará al éxito. Aliados que pueden guiarte, felicitarte las condiciones y llevarte por senderos que fueron abriendo, es lo mejor que puede pasarte, pero no es fácil encontrar verdaderos aliados, por ello sólo a través de un buen trato a los demás podrán generar redes que te enriquezcan, si no lo has hecho, comienza ya.
Además de estos básicos, recuerda los firmes pasos que debes dar para cerrar el trato: Decir tus intenciones con honestidad, dar la cifra y después las razones que redituarán, enfocarte en que la comida, cena, café… tienen el objetivo de cerrar el trato; sortear las objeciones porque previamente las tenías calculadas; que entre el respaldo, lleva a un tercero cuyas habilidades puedan marcar la diferencia y déjalo interactuar como gran cierre.
El gran momento es destacar a toda costa el diferenciador que ofreces, si lo logras, habrás cerrado el trato y todo habrá valido la pena.