Siendo mi profesión la ingeniería, no puedo esconder mi gusto por los números, con todo lo que ellos representan y lo que se puede lograr a través de las ciencias matemáticas. Con una buena cantidad de información, algoritmos con reglas claras y un análisis apropiado, los datos se pueden convertir en polvo de oro para muchos negocios.
Así les presento el tan sonado concepto del BIG DATA, que en su definición más técnica, representa el análisis y examinación de grandes cantidades de datos de una variedad de tipos para descubrir patrones ocultos, correlaciones desconocidas y otra información útil.
Patrones, información útil, actividades sociales, sentimientos, interacciones. ¿Les parecen conocidos estos términos? Sabemos que los géneros, las franjas de edades, la localización o las preferencias de los usuarios son sólo algunos de los datos que se pueden extraer de Twitter, Facebook, LinkedIn, Instagram, etc. y que esa data es gratis. Sin mencionar la información que nos proporcionan las métricas de vanidad (followers, likes, comments, etc.), por demás, valiosísimas.
En este contexto el Big Data facilita el análisis de las redes sociales, identificando por ejemplo, a los líderes de opinión de los temas relevantes (influenciadores) lo que nos permite la toma de decisiones según los comentarios de los clientes, quién los genera o los sigue y sus áreas de influencia en la red social.
Además de encontrar a los influenciadores, en las redes sociales la gente habla de quiénes son y sobre lo que les gusta y lo que no. Este constante flujo de datos proporciona niveles de valoración sin precedentes y una oportunidad para que las empresas escuchen, obtengan información, la analicen y apliquen las estrategias de marketing asociadas a la realidad de su propio mercado.
Otro de los beneficios del Big Data es que proporciona nuevas y mejores herramientas para satisfacer a los clientes, nos permite mejorar la gestión de relaciones con los clientes (CRM), ya que se le puede ofrecer una atención personalizada basada en un conocimiento mayor y mejor de él.
Si tomamos en cuenta los Big Data propios que incluyen las transaccionales tradicionales del cliente (datos reales de compra, reclamos, devoluciones, programas de lealtad, etc.) y los unimos a los datos de interacción a través de las redes sociales (perspectiva de gustos y comportamientos) podemos saber qué quiere nuestro cliente/prospecto, qué está dispuesto a pagar y qué le gustaría obtener.
Como hablamos de grandes cantidades de información, no todo es completamente gratis, debemos tener software especializado que utiliza a veces complejos algoritmos para recolectar, ordenar y analizar esa data. También necesitamos gente capacitada para estudiar los resultados y convertirlos en acciones de mejora para nuestros negocios. Sin embargo, para nuestra tranquilidad, hoy en día existen soluciones en la Nube que nos permiten reducir dramáticamente estos costos y que hacen por nosotros, la mayoría de esos intrínsecos cálculos y nos dan resultados muy concretos y fáciles de entender.
Aunque las matemáticas no son del agrado de la mayoría de las personas, no se necesita saber como resolver una ecuación o integral doble (quien se acuerda de eso además ¿?) simplemente usar la intuición con los resultados que obtenemos de las herramientas, extrapolar los mismos a un sector específico, definir estrategias y medir resultados.
Y ya técnicamente hablando, eso es lo que se define como el Social Media Intelligence, saber interpretar adecuadamente los datos extraídos y recopilados a través de los medios sociales.
Gracias por leerme.
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