Las reacciones a la crisis desatada por la aparición de publicidad de grandes marcas junto a contenido extremista en YouTube en Reino Unido, no sólo ha llevado a que las marcas, empresas y agencias de un creciente número de países se sume a la retirada de publicidad momentánea, sino que ahora estarían solicitando a Google espacio prime con descuento en esta plataforma de videos de la que es dueño.
La información, que ha sido publicada por The Financial Times, da cuenta de que el Group M (Mindshare, MEC, MediaCom y Maxus), uno de los mayores compradores de medios perteneciente a al grupo WPP está en conversaciones con Google acerca de las medidas a tomar para brindar seguridad y confort a sus clientes, donde se ha mencionado la reducción de los precios para el inventario Premium, así como acciones que eviten que los anuncios aparezcan junto a contenido extremista en YouTube.
Escuche la información de la nota aquí:
No se trata solo de un problema de publicidad en internet, pues esta situación a puesto de manifiesto lo que era un secreto a voces, y es que existe gran cantidad de este tipo de contenido extremista en estas plataformas, que según la Secretaria de Estado de Reino Unido, Amber Rudd, no están siendo diligentes a la hora de vigilar y combatir lo que se publica, una posición compartida por Havas, que considera que esto es un tema de seguridad y no meramente comercial, al igual que Boris Johnson, Secretario de Asuntos Exteriores de Reino Unido, que acusa a las empresas de internet de no asumir responsabilidades por el material que publican a cambio de obtener ganancias.
Si bien Google ha pedido disculpas la semana pasada y ha presentado una serie de acciones a tomar entre las que se incluye la contratación de más personal para responder a los materiales señalados como extremistas, organizaciones como la Association of National Advertisers, de Estados Unidos, considera que se debe hacer más para preservar la reputación y seguridad de las marcas.
Lo que ahora no desean los clientes, es tener que pagar extra a Google, como se ha venido haciendo hasta el momento, para colocar la publicidad en contenidos específicos o dirigida a targets concretos, o en este caso, para que la publicidad, no aparezca junto contenido extremista. Una opción que podría ser negociada por los anunciantes para sentirse más seguros, después de lo que ha pasado.
Mientras tanto, las marcas continúan su boicot a YouTube y Google, pues a Toyota, Starbucks, Volkswagen, AT&T, Johnson & Johnson por citar algunas de las cerca de 300 que han retirado su publicidad en Reino Unido y Estados Unidos, ahora se suman en Australia, haciendo lo propio, Bunnings, Foxtel, Caltex, Vodafone, Nestle, Holden o Kia.
Un tema que comenzó con los anuncios de publicidad, pero que parece, también podría servir para lograr una mejor regulación de la calidad y pertinencia del contenido que se ofrece a los usuarios desde estas plataformas.