Los ingresos trimestrales de Under Armour fuera de los Estados Unidos han sido el factor clave para que la marca logre un buen resultado económico entre julio y septiembre, superando las expectativas de Wall Street.
De acuerdo con los datos proporcionados por la compañía este martes, la ganancia neta aumentó a US$ 75,3 millones (17 centavos por acción) en el trimestre finalizado el 30 de septiembre, desde los US$ 54,2 millones (12 centavos por acción) obtenidos un año antes.
Los ingresos totales, en tanto, aumentaron un 2 por ciento, hasta los US$ 1.400 millones en el mismo tercer trimestre de 2018.
El dato más significativo es que los ingresos cayeron 2 por ciento en los Estados Unidos, pero, al mismo tiempo, el negocio internacional mejoró notablemente: 15 por ciento.
Según Under Armour, los ingresos fuera de los Estados Unidos ya representan el 24 por ciento de los totales.
Dentro de los negocios internacionales, los que más aumentaron fueron los de EMEA (Europa, Medio Oriente y África), que crecieron un 15 por ciento, y los de Asia-Pacífico, que también aumentaron el mismo porcentaje.
La mejor performance, América latina, con un 16 por ciento más, según el comunicado de la compañía.
En cuando a los diferentes negocios de la compañía. En el tercer trimestre las ventas de prendas de vestir aumentaron un 4 por ciento (con un crecimiento fuerte en entrenamiento, golf y deportes de equipo), los ingresos por calzado se mantuvieron estables y los de accesorios disminuyeron un 6 por ciento.
Un terreno complicado
Under Armour desembarcó en el mundo de las marcas deportivas con fuerza hace una década. En 2008, por ejemplo, sus ingresos no llegaban a los 730 millones anuales, pero crecieron hasta alcanzar más de US$ 4.830 millones en 2016.
El gran problema de la marca estadounidense es la competencia. Debía (y debe) pelear entre dos gigantes como Adidas y Nike.
Como en 2017 vio una desaceleración y creció apenas el 3 por ciento en sus ingresos, replanteó su estrategia de marketing y, en lo que va de 2018, pareciera que le está dando resultado.
¿Qué hizo? Básicamente, unos ajustes en la estrategia de producción y comercialización: Under Armour redujo drásticamente la cantidad de productos que ofrece y decidió invertir en desarrollo y logística. La idea es crear los productos más aceleradamente y llevarlos a los puntos de venta antes que la competencia.
Las nuevas proyecciones para el año fiscal dicen que los ingresos aumentarían entre el 3 y el 4 por ciento, lo que significaría que no seguirá desacelerando en 2018. Según las previsiones, en Estados Unidos los ingresos bajarían 1 por ciento respecto de 2017 y tendría un crecimiento internacional de aproximadamente el 25 por ciento.
Las ventas en los Estados Unidos son demasiado importantes para Under Armour y cualquier cambio la afecta. Depende mucho más que sus rivales de lo que logre en el país de Donald Trump. Por ejemplo, Nike obtiene de esa región alrededor del 44 por ciento de sus ingresos, mientras que Adidas, apenas el 21 por ciento.
En 2017, la marca creada por Kevin Plank invirtió US$ 565 millones en marketing, pero al mismo tiempo fue el año que menos creció. Los recientes ajustes podrían haber cambiado el panorama.