No siempre será bueno imponer el mismo tipo de liderazgo para dirigir a cada grupo en el que tengamos la oportunidad de estar al mando, porque dependerá de la situación en la que se encuentren los miembros del equipo, los problemas económicos por los que esté pasando la empresa, el ambiente laboral, la estructura organizacional, pero sobre todo que es lo que quiere el líder que haga el equipo y como quiere que lo haga.
El líder tiene que hacer un análisis a fondo de las fortalezas y debilidades de cada miembro del grupo y hacer que todo eso se mezcle como los mejores ingredientes para tener el mejor platillo disponible que los lleve al triunfo a todos y para ello tendrá que elegir el tipo de liderazgo con el que enfrentará cualquier adversidad ante los diversos problemas que se le vayan presentando, así que entre los diversos factores que deberá tomar en consideración se encuentran los siguientes:
1. Cooperación
En la medida en que los subordinados generen una actitud de cooperación tanto con el líder del grupo como con los demás compañeros del equipo, debemos dejar el liderazgo autocrático a un lado y utilizar un liderazgo más democrático, donde todos puedan ser escuchados, presenten diversas opiniones y el líder determine cual se la mejor opción para resolver la situación.
2. Equilibrio
El éxito de un líder bajo cualquier estilo de liderazgo consistirá en mantener un equilibrio respecto a las cargas de trabajo de cada uno de los miembros del equipo y que estas sean correspondidas con una remuneración adecuada, justa, al nivel en el que se están desempeñando.
3. Cohesión
La necesidad de mantener unido al quipo en un mismo sentido, integrarlo y convencerlo para llegar a conseguir los objetivos planteados es algo muy complejo, porque a veces la cohesión se puede romper fácilmente cuando se llega a utilizar la fuerza excesiva en el lenguaje con el que nos expresamos al momento de dar alguna instrucción.
4. Identificación
Los miembros del equipo tienen que identificarse con su líder, con sus valores, con sus tradiciones, con su manera de corregir situaciones, con su manera de ser, con su forma de imponer la disciplina, con su manera de defender sus ideas, con su manera de entender a los demás, con sus valiosas aportaciones en cuanto a ideas se refiere, con todo esto se tendrá que identificar el líder con el equipo.
5. Agresión
Cuando un líder llega a un lugar nuevo, también puede estar expuesto a ser víctima de agresiones por parte de algunos integrantes del equipo y no en el aspecto físico, sino a través de reacciones, en expresiones, en gestos; y es ahí donde hay que tomar la mejor decisión posible sobre el tipo de liderazgo que debemos imprimir para acabar con esa situación que es realmente complicada.
6. Contradicción
No podemos estar brincando de un liderazgo autoritario, al liberal y después al democrático, porque esto generará mucho desconcierto y desconfianza con nuestro equipo de trabajo, pues ellos esperan que su líder siempre se mantenga en un mismo sentido en cuanto a su patrón de liderazgo, sin que sus problemas personales o psicológicos influyan para que el comportamiento del líder sea cambiante.
7. Resistencia al cambio
El líder tiene que ser un excelente vendedor de su idea y propiciar las condiciones adecuadas para convencer a los miembros del equipo de que es la persona correcta que los llevará al otro lado del río, sanos y salvos; y para ello tendrá que generar mucha seguridad con su tipo de liderazgo que elija y pueda mantener bajo control la situación de grupo.
El éxito del tipo de liderazgo que queremos implementar en nuestros equipos de trabajo dependerá en gran medida de la estrategia que utilicemos para alinear los objetivos de la empresa respecto de las necesidades y satisfactores de los subordinados, así como de la mezcla de un líder autoritario, liberal y democrático que sepa apreciar y analizar determinadas situaciones para proponer la mejor solución y ejecución de la actividad en la cual estemos enfocados.