La creatividad se comprende como los hábitos que mantienen una disciplina de trabajo, como realizar nuevas actividades, aprender cosas nuevas, no negarse a los cambios, equivocarse, ejecutar y confiar, sin embargo, ya que aunque es el deseo de muchos, la creatividad requiere eliminar muchos malos hábitos.

Un sondeo de Adobe reveló que el 25 por ciento de las personas de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Japón, se sienten a la altura de su potencial creativo, mientras que un 70 por ciento aceptaba tener “malos hábitos” que no permitían explotar su potencial.

Entre los malos hábitos que impiden explotar la creatividad destacan:

Evaluar y crear al mismo tiempo

La creatividad se trata de imaginar o idear cosas nuevas todo el tiempo, ya que si bien muchas de esas ideas no se podrán aterrizar, del resto surgirá una idea brillante, por lo que evaluar y cuestionarlas solo las detendrá el proceso creativo.

Hacer demasiada investigación por adelantado

Al construir un nuevo producto, servicio o idea de un área en particular, es común investigar previamente para obtener tu propia versión de la idea, sin embargo, para lograr un avance original es necesario ese toque de ingenuidad y generación de ideas que incentivan la creatividad.

Creer que las ideas llegan sin horas de trabajo previas

Según Adobe, la creatividad es producto de horas de trabajo, como lo refirió Malcolm Gladwell, cuando dijo que para tener talento es necesario practicar de forma determinada por 10 mil horas, lo cual aplica con la creatividad.

Pensar que solo las personas “superdotadas” son creativas

La creatividad no es un privilegio de pocos, ya que al tratarse de disciplina, cualquier persona es merecedora de ser creativa, solo que la clave es perfeccionar la capacidad, combatir los miedos, ver posibilidades en lo imposible, realizar analogías constantes entre aspectos no relacionados, ya que lo contrario, solo generará inmovilidad y confort.

Generar ideas sin proponerlas

Al parecer todos tienen la capacidad de generar ideas, no obstante, pocos quieren darlas a conocer o proponerlas a otros, ya que existe el estigma de que las ideas creativas suelen ser tratadas con escepticismo, por lo que en los equipos de trabajo es necesario aprender a convencer, ya que los puntos en mente y una dosis saludable de motivación son una fórmula para el proponer y convencer.