El gasto en publicidad global crezca un 4 por ciento en 2019 en el mundo, el año pasado se registró un crecimiento del 4.3 por ciento.
Los estrategas reciben un presupuesto considerable para valerse de herramientas tecnológicas y creativas que deberán culminar en una obra que atraiga al consumidor.
Sin embargo, cuando las tendencias son fuertes, muchos profesionales se dejan llevar por ellas y dejan de lado la idea de innovar y establecer las propias reglas.
Por ejemplo, cuando el auge digital llegó a la industria, la inversión en publicidad digital se disparó. Actualmente, la publicidad de búsqueda pagada está por llegar a los 102 mil millones de dólares este año. Pasó a esa cantidad, de 94.8 mil millones en 2018.
En tanto, que se esperan 21.7 millones de dólares en inversión destinada a clasificados y 127.1 mdd a display, de cara al cierre de este año.
Pero en irse con la ola radia uno de los errores principales que las marcas no deben cometer. Saturar el medio afecta a todas las compañías, en lugar de completar un espacio saludable para colocar los anuncios.
El segundo error que se comete en la actualidad es la baja calidad de los anuncios. Antes, al requerir equipo profesional, se planificaban los anuncios, ahora, con las cámaras de alta definición de los smartphones y las redes sociales como plataformas de difusión al alcance de un clic, la calidad de los anuncios ha bajado considerablemente. Cualquiera cree que hace publicidad hoy en día.
Un error trascendental que las compañías están cometiendo es irse con el primer influencer que registra millones de seguidores, aún cuando el target no es el indicado o cuando se tratan de followers falsos, no se detienen a verificar esos datos.
También hay una práctica constante en imitar ideas de los gigantes, es el caso de un estilo Nike, por ejemplo, con la campaña de Colin Kaepernick, al poco tiempo, otras firmas imitaron la idea y esto deriva en aminorar la verdadera trascendencia del marketing social.
Se llama blanding y demuestra que las copias son su peor aportación. Pero, si bien las marcas se copian, lo hacen en pro de lo que el consumidor les dice que quiere ver en publicidad y en sus productos.
Finalmente, es notorio que al tratar de ir con la inmediatez, las compañías se suman a las tendencias sin verificar que se trata de la verdad. Se suman tan rápido que si bien obtienen una respuesta del consumidor, se ven como “imprudentes” al querer tener relevancia en temas distantes a su segmento.