Las personalidades en un ambiente laboral consiste en un conjunto de preferencias y tendencias con las que se busca acercamiento con los demás. Las cualidades de los jefes son habilidades que mezclan intelecto, inteligencia emocional, de acuerdo con TalentSmart.
De acuerdo con el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), las personalidades de los jefes se reducen a cuatro estilos de comunicación diferentes, como son:
– Directo y orientado a tareas
– Directo y orientado a las personas
– Indirecto y orientado a tareas
– Indirecto y orientado a las personas
Según el FBI, cuando un directivo está más orientado a las personas, usan mucha más personalización en el lenguaje, como pronombres e historias, por lo que suelen tener grandes conversaciones, y para entenderlos es necesario conversar con ellos. Y es que alguien que está más orientado a las tareas “mira más los procesos, procedimientos y el desempeño de sus trabajadores”.
Los empleados deberán averiguar si su jefe es un comunicador directo o indirecto. En tanto, los comunicadores directos piensan mientras hablan y tienden a estar abiertos a la idea de los demás y sienten que realmente se benefician si alguien cambia de opinión sobre algo.
Mientras tanto, los comunicadores indirectos piensan antes de hablar, ya que anteponen aspectos como el respeto y cuidan sus palabras, no pierden el tiempo de forma innecesaria. No obstante, el estilo de comunicación de una persona suele cambiar, ya que los jefes saben que apegarse directamente a un estilo disminuirá su capacidad de inspirar confianza a sus empleados.
Los empleados pueden tener un acercamiento enviando un resumen de los pasos que está dando para finalizar un proyecto. En cambio, si tienes un jefe comunicador indirecto y orientado a las personas, es posible que lo recomendable sea sentarse y explicar por qué te apasiona tu proyecto actual y escuchar atentamente cada palabra en sus comentarios.
De acuerdo con Infoempleo, los jefes pueden tener personalidades distintas, en cambio éstos conocen bien cómo piensan sus empleados desde los procesos de selección, con los test psicológicos de evaluación, por lo que el trato de un trabajador a un jefe siempre será más complicado.