Según Gallup, los jefes con personalidad “conflictiva” cuestan a las compañías entre 450 y 500 mil millones de dólares, tan solo en Estados Unidos, debido a gastos por re contratación y liquidación de empleados de forma inusual.
De acuerdo con YEC, los malos gerentes son la razón principal por la cual las personas dejan sus empleos, no obstante, depende del tipo de estructura de compañía, de si las decisiones recaen en una o varias personas. Existen cuatro tipo de jefes que es recomendable evitar:
Dominante. El tipo de jefe que reúne todas las definiciones cliché, quien utiliza desde la intimidación y la fuerza, ya que entre sus principales preocupaciones es mantener el poder, desde dominar reuniones y recalcar su liderazgo de forma innecesaria sobre otras personas y sus ideas solo para mantener el control en aras de la eficiencia.
Indeciso. Este tipo de jefe parece ser muy claro en que lo tomen en cuenta siempre para decisiones corporativas pero no es decidido ni responsable con los resultados, pero no asume su responsabilidad, lo cual genera confusión entre los empleados.
Incompetente. También denominado como “Boneheaded boss”, es el tipo de gerente que no está cualificado para su cargo debido a que fue promovido apresuradamente y sin consenso o contratado al azar, por lo que suelen mantener una posición que está más allá de sus capacidades, sin embargo, la incompetencia y las malas decisiones pueden afectar tarde o temprano a los empleados.
Irrealista. Es un tipo de jefe que tiene problemas para cumplir sus promesas porque tiene ideas poco aterrizadas y como resultado se vuelve más difícil diseñar estrategias serias por el establecimiento de expectativas desproporcionadas, sin proporcionar el apoyo necesario y nunca brindan la información necesaria para buscar consenso.