El precio de la gasolina es un factor clave en términos de inflación, a mayor costo de este insumo crecerán los precios en una gran parte de los productos y servicios de la economía. Además en un país acostumbrado a precios controlados por el gobierno mayor será el descontento ante cambios bruscos. En México la molestia por el nuevo esquema de precios ha llevado a más de 29 millones de usuarios a manifestarse en twitter según un reporte reciente de Union Metrics reportado en merca20.com hace algunas horas. Para México el precio promedio a nivel nacional vigente del primero de enero al 3 de febrero de 2017 será de $15.99 para gasolina Magna, $17.79 para gasolina Premium y $17.05 para diésel. Los máximos muestran incrementos para las gasolinas Magna, Premium y diésel de 14.2%, 20.1% y 16.5% respectivamente, con respecto al precio máximo observado en diciembre de 2016.
Según cifras de Global Petrol Prices el lugar en el que más se paga por gasolina es Hong Kong con un precio de 39.87 pesos por litro, seguido por Noruega ($37.71), Islandia ($36.58) e Israel ($34.08). México pagará a partir de enero del 2017 un precio de 17.79 pesos por litro de gasolina, cifra superior a los 14.44 pesos que se pagan en Colombia pero inferior a Brasil con 23.79 pesos por litro.
El reciente aumento en los precios de gasolina no ha sido bien recibido por los consumidores mexicanos, fenómeno que se explica claramente con la gráfica de Global Petrol Prices que ilustra el drástico aumento en precios comparado con sus vecinos en el continente sudamericano que se han acostumbrado a un sistema de mayor variación. El efecto en términos de oferta y demanda será casi inmediato, empresas como Liverpool han dado señales de cambios en precios a partir del aumento de gasolina; sin embargo, no será la única. La mayoría del trasporte de bienes en México se hace por carretera y durante años se ha privilegiado este sistema sobre el uso de ferrocarriles lo que sólo beneficiará el efecto inflacionario. Desde la óptica del consumidor las cosas serán distintas ya que el incremento podría incidir en la referencia de sistemas alternativos de transporte o en la compra de auto híbridos o de bajo consumo en gasolina. Este último no será inmediato pero probablemente ayudará a reducir la contaminación a partir de un movimiento a comportamiento de transporte más sustentable, claro, en la medida de lo posible. Este efecto es frecuente en la Unión Americana, al subir el costo de la gasolina disminuye el apetito por autos de mayor tamaño.