Durante las primera horas de este domingo el hashtag #LordMisZapatos, se convirtió en tendencia dentro de redes sociales luego de que el video del intento de una suspensión de fiesta se hiciera viral, material que de manera no esperada involucró a Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas.
Los hechos
Los hechos ocurrieron en la alcaldía Álvaro Obregón, en donde un supuesto funcionario del Senado de la República organizó in evento en la colonia Tlacopac a pesar de que el indice de contagios en la CDMX se mantiene a la alza.
Luego de la denuncia de algunos vecinos, desde redes sociales se difundieron una serie de videos en los que se muestra a elementos de la Secretaría de Ciudad Ciudadana intentando dialogar con el presunto organizador de la fiesta para detener la celebración.
No obstante el hombre, en aparente estado de ebriedad, se niega a detener su reunión e intenta golpear a uno de los uniformados.
Luego de una serie de jaloneos, el hombre amenaza a los uniformados diciendo que se había detenido a un escolta “del dueño de TV Azteca”, esto luego de afirmar que sus zapatos valen más que su coche. Este comentario fue lo que le ganó el título de #LordMisZapatos.
Usuarios señalaron que no es la primera vez que realizan eventos en ese lugar, pese a que las autoridades capitalinas han insistido a la población que evite aglomeraciones.
Mira @RicardoBSalinas el #LordMisZapatos está “charoleando” con tu nombre.
Por cierto, ¿alguien sabe quien es ese tan corriente?
pic.twitter.com/6DZ0c8S4tO— Fernanda (@FerBetancourt9) January 24, 2021
La referencia a Salinas Pliego
La referencia a Salinas Pliego por parte de #LordMisZapatos no paso desapercibida por las audiencias en redes sociales, con lo que cientos de usuarios comenzaron a arrobar al dueño de marcas como Banco Azteca y Grupo Elektra con el fin de que explicara la supuesta relación con el hombre en cuestión.
En un acierto, antes de que este problema se hiciera mayor, Salinas Pliego emitió una postura desde sus redes sociales en donde se deslindó de cualquier relación con #LordMisZapatos con un peculiar mensaje:
“Jajaja lo bueno que al borracho no se le ocurrió decir que era guardaespaldas de Mickey Mouse porque anduvieran exigiendo que Walt Disney les respondiera. Investiguenle, no me vayan a querer tener todo el domingo diciéndoles lo mismo… No conozco a tan distinguido personaje”.
Jajaja lo bueno que al borracho no se le ocurrió decir que era guardaespaldas de Mickey Mouse porque anduvieran exigiendo que Walt Disney les respondiera ??♂️.
Investiguenle, no me vayan a querer tener todo el domingo diciéndoles lo mismo… No conozco a tan distinguido personaje. https://t.co/XOstUPbj7K
— Ricardo Salinas Pliego (@RicardoBSalinas) January 24, 2021
Movimiento necesario en temas de reputación
Aunque es cierto que de manera directa los hechos no están involucrados con Ricardo Salinas Pliego, la realidad es que la simple referencia a su nombre pudo convertirse en un problema importante no solo para su reputación personal, sino para el de sus marcas.
La reputación es un activo que las marcas no pueden descuidar. Se trata de un elemento que de acuerdo con Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadershipe, representa el 80 por ciento del valor total de una empresa.
La discrepancia entre la reputación del CEO y la de sus marcas puede ser un problema, más en momentos en los que el consumidor demanda coherencia en cada acción, punto de contacto y estrategia ejecutada.
En palabras de Amanda Berenstein, directora general de Weber Shandwick México, “la reputación de una empresa está indisolublemente ligada a la reputación de su presidente ejecutivo: ejecutivos globales atribuyen más de la mitad del valor de mercado de su compañía a la reputación del CEO”, con lo que “la reputación positiva del CEO aumenta la atracción de los inversores (88 por ciento), la protección contra crisis (91 por ciento) y la atracción y retención de talento (81 por ciento y 79 por ciento respectivamente)”.
Si bien la reputación del CEO impacta en la imagen que sus marcas son capaces de proyectar ante el consumidor, la realidad es que la norma juega en sentido contrario.
