A poco menos de una semana de que dieran inicio de manera formal las campañas políticas rumbo a las elecciones presidenciales, ya se dibujan algunas líneas de comunicaron y marketing claras en la manera en la que los diferentes candidatos se presentan ante el electorado. En esta línea, uno de aspectos más interesantes se concentra en los logos que acompañan a los abanderados de cada partido político.
El asunto va más allá de la polémica en redes sociales que surgió a principios de esta semana luego de que diversos usuarios reportaran aparentes similitudes entre el logo de campaña de Ricardo Anaya y la marca pediátrica Avent.
Le verdadero caso de estudio al respecto se encuentra en la clara línea que cuando menos dos de los candidatos presidenciales que representan a una coalición de partidos políticos han adoptado, la cual tiene que ver con deslindar su imagen de los emblemas con los que se identifican a cada uno de las organizaciones políticas que representan.
En el caso de José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México, los logos de los partidos que representa -PRI, PVEM y Nueva Alianza- fueron sustituidos por tres triángulos de color verde azul turquesa y rojo, que si bien hacen alusión a los integrantes de la colación, se alejan de los símbolos convencionales de los mismos.
Caso similar ocurre con Ricardo Anaya, representante de la coalición Por México al Frente (conformada por PAN, PRD y MC), quien usa como imagen de campaña su apellido con un tercio de vivos que hacen referencia a los partidos de su coalición. La diferencia e que en este caso, en tamaño pequeño, aparecen los logos tanto del PAN, del PR y de MC.
Para muchos, este fenómeno responde a una serie de reglas dentro de las coaliciones que buscan eliminar protagonismo a favor de una idea en común que se materializa en el candidato.
No obstante, lo cierto es que este movimiento puede tener un tinte mucho más mercadológico, en el que se intenta entregar a las audiencias un mensaje alejado de las percepciones más arraigada sobre las instituciones políticas en el país, mismas que ahora padecen un grave problema de desconfianza.
Un estudio publicado por Consulta Mitosfky a principios de esta año indicaba que los partidos políticos se ubican como las instituciones que menor confianza inspiran entre los mexicanos. Estas organizaciones sostuvieron un puntaje de 4.4 en una escala de 0 a 10.
El dato coincide con las proyecciones entregadas por el Latinobarómetro 2017, las cuales destacan que la confianza de los mexicanos hacia los partidos políticos está en su peor nivel en los últimos 22 años, debido a que sólo el 9 por ciento de los ciudadanos confían en ellos.
Con este contexto en mente, es interesante notar que de los presidenciales, el único candidato que utiliza de manera constante el logo de su fuerza política principal es Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES) quien tanto en sus promocionales de campaña como en sus eventos de comapaña utiliza los símbolos que identifican al partido Morena.
Definir cual de las dos rutas es la que mejores garantías de éxito puede entregar sería muy anticipado. Sin embargo, vale la pena hacer referencia a los datos arrojados por la herramienta de medición Google Trends, en donde a pesar de que López Obrador y Morena llevan ventaja en el volumen de búsquedas, hacer una comparación entre los candidatos y sus partidos entrega interesantes hallazgos.
Interés por partidos
Interés por candidato
Aunque es cierto que esto puede responder a diferentes elementos de influencia, lo cierto es que las dos líneas de dialogo podrán prestarse en un futuro para un estudio más profundo sobre el impacto real que un logo puede tener para vender un productos o bien, como en este caso, a un candidato.
