Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) constituyen el 99.8 por ciento de las unidades empresariales en México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo, la mayoría no sobrevive más de ocho años en el mercado.
Para contrarrestar esta cifra, el gobierno mexicano decretó que este año y en 2018, las PyMEs podrán deducir el Impuesto Sobre la Renta de forma inmediata de las inversiones que realicen en bienes de activo fijo.
Es decir, tendrán más recursos para invertir, producir y expandirse, lo que beneficia al país, pues según el INEGI, se estima que el 72 por ciento de los empleos que hay en México están en manos de ellas.
Las 4.2 millones de PyMEs podrán deducir por compra de activos fijos, con descuentos de tres por ciento para 2017 y de seis por ciento para 2018.
José Antonio Meade, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, detalló que está dirigido a los contribuyentes que hayan obtenido ingresos propios de su actividad empresarial en el ejercicio inmediato anterior de hasta 100 millones de pesos.
En el caso de exceder el límite se deberá pagar el impuesto correspondiente por la diferencia entre lo deducido y lo que se debió deducir.
El segundo decreto abarca la repatriación de capitales y estará vigente seis meses. Los capitales pagarán un impuesto de 8 por ciento, mucho más atractivo que el 30 por ciento que se aplicaba en 2014 para personas morales y 35 por ciento para personas físicas, aunado a que se respetará el anonimato de las mismas.
Cabe mencionar que más de la mitad del Producto Interno Bruto de México proviene de las pequeñas y medianas empresas, según el sitio Trabajando.com, por lo que se trata de un sector creciente e importante en el país.
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