Aún analizamos los últimos acontecimientos de la elección en México (que pasan aún por momentos de incertidumbre) pues tuvo resultados sorpresivos mismos que hacen que la oposición, ante algunas irregularidades presentadas como los silencios del árbitro electoral, la misma noche del 2 de junio, algunos resultados en casillas que no cuadran con lo proyectado en las pantallas oficiales y la gran afluencia de votantes en todo el país que se preveía que rompería el 65% del padrón electoral, dude de los mismos.
Salvado lo anterior, viene ahora para México, el momento de la reconciliación y la unidad deseando que se gobierne con responsabilidad para todos y no para unos cuantos.
Hasta aquí el comentario de lo que pasó en México.
Se abre de inmediato otro capítulo en la red temática de la geopolítica que es la elección de los Estados Unidos de América, nuestro más grande vecino y socio comercial, con el que se debe hilar (con hilo muy fino) la relación diplomática toda vez que representa grandes ventajas para los mexicanos contar con esta potente economía en la frontera norte; desdeñar su apoyo y consejo, sería un grave error que pagaríamos muy caro.
El contexto que tendrá esta elección pasa por dos grandes temas de interés para el elector americano y ya sea Donald Trump, que ha quedado posicionado como el único presidente americano condenado por la justicia, o Joe Biden, el político demócrata que busca su reelección, quien encabece el salón oval, tendrán que resolver el problema de la migración y el tráfico del fentanilo que ha causado la muerte de miles de ciudadanos americanos, aspectos que le exigirán con fuerza a la próxima gobernante de nuestro país.
De hecho, Joe Biden ha tomado ya la iniciativa y esta misma semana ha diseñado nuevas medidas tales como que los inmigrantes que crucen ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo. La frontera norte será asegurada con un mayor número de policías fronterizos y las autoridades de inmigración podrán remover a aquellos que no tienen una base legal lo cual vendrá a reducir la carga de trabajo de los propios agentes de la patrulla fronteriza.
Estas medidas entrarán en vigor cuando la frontera sur se vea desbordada.
Ante tal panorama y con la elección encima, (a menos de seis meses), los votantes latinos que están de acuerdo con que la migración es un tema que debe resolverse, no lo estén tanto, cuando las medidas son severas y provocan la separación de las familias y ante esto, podrían abandonar el Partido Demócrata que tanto han apoyado en los últimos tiempos.
El peso del voto latino ha sido determinante en las pasadas elecciones presidenciales y es ahora que el cuarto de guerra del partido en el poder, empieza a realizar las sumas de los votos para hacerle frente a Trump que con todo y sus cargos judiciales que debe solventar, se perfila como el candidato republicano que se postulará al cargo.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.