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Tenemos que medir la productividad de otra manera: con resultados y trabajo.
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El ser humano tiene una impresionante capacidad de adaptación.
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Todos esos planes, todas esas ideas que tenías de posibles negocios o proyectos, deben salir a flote.
Si México volviera a entrar en semáforo rojo, ¿qué harías? En Chihuahua ya regresaron al máximo nivel de alarma por la pandemia de COVID-19 y cada vez se habla más de un posible rebrote. Este escenario es algo muy posible y es quizá lo primero que debes entender, pues no debemos bajar la guardia todavía. Lo bueno es que ahora ya no nos toman por sorpresa. Ya estuvimos encerrados por meses haciendo “home office” y quizá todavía seguimos en ese formato, así que hoy tenemos una visión completamente distinta de lo que es el trabajo. Antes de que iniciara la pandemia, nuestra capacidad de producción y hasta nuestras habilidades eran otras. Hoy vale la pena decir que nos hemos hecho más fuertes y todo lo aprendido es esencial para el mundo que nos espera en el futuro próximo.
Seguro ya te lo repitieron hasta el cansancio, pero no vamos a regresar “a la normalidad” pronto. Esa es una realidad que debemos aceptar tarde o temprano. Tal vez te cueste trabajo asimilarlo, pero lo más importante es que hoy sabemos que es posible sobrevivir de esta manera o al menos adaptar nuestros trabajos. El distanciamiento social nos impuso nuevos retos, el más importante de todos fue crear nuestra oficina en nuestra casa. Tuvimos que trasladar todo al mismo sitio donde normalmente descansamos. Vida personal y vida profesional comenzaron a encontrar un equilibrio en la cuerda floja para tener una buena productividad y estas son algunas de las cosas más importantes que hemos aprendido.
Podemos adaptarnos
Ya lo dijimos: sí podemos. El ser humano tiene una impresionante capacidad de adaptación y esa ha sido la clave para su progreso en el planeta. Si quedaba alguna duda, hoy hemos encontrado nuevos métodos, nuevas vías de producción para salir adelante. Se requiere sacrificio, pero es posible.
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El trabajo presencial no es necesario
La modalidad “home office”, antes tan rechazada por los jefes de muchas empresas, es hoy una realidad ¿y qué ha pasado? Ya lo dijimos en el punto anterior: nos adaptamos. El trabajo desde casa se puede hacer y no por nada Twitter dijo que mantendría este formato por mucho tiempo, quizá hasta de manera permanente para algunos.
Medir la productividad
Los horarios laborales son cosa del pasado. Antes tenías que indicar claramente tu hora de llegada y tu hora de salida en la oficina, para así lograr cubrir tus ocho horas. Hoy que no se puede llevar un registro tan estricto, tenemos que medir la productividad de otra manera: con resultados y trabajo.
La colaboración como clave
Muchas empresas tuvieron que reducir su personal, mientras que otros departamentos cambiaron de giro e incluso adquirieron tareas que antes no tenían. Las empresas mutaron y el apoyo entre todos los elementos se volvió algo muy importante.
Aplicar los planes hoy
Si perdiste tu empleo o si necesitas sobrevivir de otra manera, te las tienes que ingeniar. Todos esos planes, todas esas ideas que tenías de posibles negocios o proyectos, deben salir a flote, las circunstancias te empujan a ello. No lo dejes para mañana.