Empecemos por la vidriera que representó para las marcas tener una audiencia global de millones de almas, pero almas consumidoras al fin, que le dieron prioridad a este campeonato por encima de todo (quien vió nuestros festejos el pasado martes sabe a lo que me refiero).
Esto deja claro que, desde lo estratégico y comunicacional, no hubo solo una competencia de fútbol sino también a nivel de marcas que buscaban captar la tan preciada atención de los usuarios sin olvidarse, claro está, del complejo contexto en el que se desarrolló el evento. Recordemos los artistas que dijeron “no” a presentarse en la ceremonia inaugural dada la polémica en torno a los derechos humanos en ese país. Este punto ya ponía en jaque a más de una, ¿cómo formar parte del evento más importante del mundo y lograr visibilidad sin perder credibilidad?
Lo importante, y esto es parte del aprendizaje, es tener dimensión sobre el hecho de que si bien es una oportunidad que sola se presenta cada 4 años, eso no implica que en pos de aprovechar el momento todo vale porque, como ya lo hemos comentado acá en varias oportunidades, hoy estamos frente una audiencia consumidora que es selectiva y exigente a la que, casualmente, no todo le da lo mismo y está atenta a que las marcas cumplan con su palabra, en definitiva con sus expectativas. Y esto parece obvio, pero nunca es mucho: un error en un mundial es justamente un “error mundial”.
Otras de las lecciones que nos dejó esta Copa, es que las formas de consumir los contenidos cambió. Más allá de los partidos y la emoción de la presencialidad en los estadios hoy a eso se le suma convivir con la amplificación que, pre, durante y pos, hacen los creadores de contenido a través de las diferentes plataformas: Twitter, Instagram, TikTok, Twitch lo que permite una especie de partido en loop con horas de contenido. A las pruebas me remito con la cantidad de virales, entre videos y memes, que generó el “Mirá que te como hermano” del arquero argentino Emiliano Martínez o el “Qué mirás bobo, andá pa´allá” de Lionel Messi.
Más allá de los resultados, este mundial fue una experiencia integral porque se vivió en cada estadio pero también en las plataformas sociales. Por ende uno de los mayores aprendizajes a nivel comunicacional que las marcas pueden hacer, es entender que para ser relevantes ya no es suficiente con tener presencia de marca hay que reinar también en las redes sociales donde, aunque la Copa ya está en casa, la conversación sigue…
Disclaimer: Mientras termino de escribir estas líneas en mi cabeza todavía resuena: “Muchachos ahora nos volvimos a ilusionar. Ya ganamos la tercera. Otra vez campeón mundial…” otra clara prueba de cómo los fans y la viralidad son el nuevo desafío de las marcas en este 2023 que ya nos pisa los talones.