Por Alvaro Rattinger
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Ha llegado la época del Buen Fin, este fin de semana promovido por el gobierno mexicano y empresas privadas en respuesta (o copia) del Black Friday de nuestros vecinos del Norte. En esta ocasión el Buen Fin (16 al 19 de noviembre) se acompaña de un “puente” flanqueado por días de asueto y un ánimo del consumidor distinto al año pasado.
En esta ocasión los deseos comerciales de las empresas y el gobierno son más ambiciosos, en la edición anterior la suma de ventas alcanzó los 106 millones de pesos, en esta ocasión la se espera una suma cercana a los 150 millones de pesos. Unos de los estados más beneficiados por el Buen Fin es el Distrito Federal en el 2011 los ingresos por este esfuerzo comercial llegaron a los 53 millones de pesos, el 2012 predice casi 65 millones de pesos.
Los consumidores han entendido de manera muy rápida lo importante que resulta para una empresa este fin de semana, hace 12 meses hubo quejas inmediatas en redes sociales por la cantidad y calidad de la promociones. En muchos casos se detectó que los comercios habían aumentado los precios sólo para reducirlos después, algo que no pasó desapercibido por los clientes.
Lo más interesante es el esfuerzo por comunicar valor por parte de los organizadores del Buen Fin (gremios empresariales, ong y gobierno), cualquier empresa puede registrarse y recibir el beneficio de utilizar el logotipo del fin de semana, en dicho registro las empresas se “comprometen” a –ofrecer un 10% de descuento superior a la mayor oferta del año o simplemente la mejor oferta que tengas en el año–.
En esta ocasión anticipo que la exigencia será más intensa, con la promoción temprana del fin de semana y anuncios de gobiernos locales que piden a las empresas adelantar aguinaldos se ha alertado a los consumidores de lo importante que es su participación. También resulta interesante ver que el número oficial de empresas participantes ronda los 200 mil que si se compara con las 178 mil de la edición anterior se verá rápidamente que el crecimiento de empresas no es proporcional a las ventas deseadas, en pocas palabra habrá más comercios peleando por un pedazo del pastel. En el mismo orden de ideas habrá que considerar las empresas que de manera de perímetro utilizarán el buen fin para promover sus productos o servicios, no hay razón para quedarse fuera de esos dineros del consumidor.
El consumidor está mucho más alerta en esta edición y debe exigir verdadero valor. Las principales herramientas con las que cuenta el consumidor serán las conexiones móviles, las redes sociales y las recomendaciones de clientes. Los clientes ya estamos acostumbrados a revisar la oferta de los comercios y marcas en nuestros teléfonos móviles, comparamos, discutimos, evaluamos y descartamos en tiempo real. También estamos más conectados con nuestros pares, si un establecimiento está lleno y no se puede ni estacionarse veremos información volar de cuenta en cuenta de redes sociales.
En esta ocasión las marcas y comercios deben invertir en mejorar su oferta de manera sustancial, no más simulaciones.