En el marco de la Cumbre del G20 en Argentina, los tres países de América del Norte –México, Estados Unidos y Canadá– firmaron el T-MEC (USMCA), el acuerdo que reemplaza al TLCAN.
Enrique Peña Nieto –en su último día como presidente de México–, Donald Trump y Justin Trudeau dieron una conferencia de prensa en Buenos Aires, y en ese marco, estamparon su firma al acuerdo que meses de reuniones y que finalmente fue consensuado el 30 de septiembre de 2018.
Sin embargo, ahora no todo parece tan claro en el horizonte, toda vez que hay dudas sobre su ratificación en el Congreso de los Estados Unidos, un paso necesario para que el acuerdo tenga vigencia.
¿El problema?
Según publica este martes el Financial Times, la aprobación del nuevo TLCAN será motivo de un nuevo enfrentamiento entre la Casa Blanca y los demócratas del Congreso, por lo que se plantea la posibilidad de nuevas negociaciones entre los tres países. Era algo que se estaba vislumbrando, pero que ahora es más serio.
“Los demócratas dicen que quieren cambios en el acuerdo comercial firmado por Donald Trump con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, y Enrique Peña Nieto, ex presidente de México, en noviembre del año pasado”, publica el Financial Times.
Los opositores de Trump consideran que el nuevo pacto tiene “disposiciones débiles” que harán poco factible la posibilidad de “hacer cumplir las normas laborales y ambientales”.
Otros también lamentan que la administración Trump no haya logrado elevar las tarifas sobre el ingreso de acero y aluminio importado desde sus vecinos.
“Aprecio los esfuerzos para renegociar el TLCAN, pero el presidente no está ni cerca de aprobarlo”, dijo a una radio local Sherrod Brown, el senador demócrata de Ohio y posible candidato para la nominación presidencial de su partido en 2020.
Según FT, si la oposición demócrata al acuerdo se incrementa, Trump tiene una carta bajo la manga: emitir un aviso de retiro de seis meses del viejo TLCAN que data de 1994 para obligar a los demócratas a tomar una posición rápida.
Sería como un ultimátum para que elijan entre su acuerdo o un periodo de incertidumbre comercial entre los tres países.
Según el medio propiedad de Nikkei Inc con sede en Londres, la creciente disputa por la ratificación del acuerdo está haciendo que los funcionarios de Ottawa y de Ciudad de México estén “incómodos”.
Es que el acuerdo del año pasado se alcanzó después de largos meses de negociaciones muy complicadas. Aunque imperfecto para ambos países, el acuerdo llevó algo de alivio porque evitó una ruptura completa.
“Estamos tratando de no involucrarnos, pero obviamente estamos vigilando lo que pasa porque los problemas con la ratificación son relevantes para nosotros”, le dijo un funcionario canadiense a FT. “Negociamos un acuerdo con el que estamos contentos y se firmó. Es difícil especular sobre lo que podría pasar”.
Por su parte, Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de México, le dijo al Financial Times desde Davos: “Para nosotros, este acuerdo está cerrado”.
Algunos expertos entienden que los cambios exigidos por los demócratas podrían no requerir una renegociación total y sólo se abordarían en un anexo que resultaría más fácil de tratar.
“Mucha gente en el Congreso y en la comunidad empresarial está muy preocupada por el ultimátum de ‘Nafta nuevo o no Nafta'”, dijo John Murphy, vicepresidente senior de política internacional de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.