¿Recuerdas cuando lo hecho en china era sinónimo de barato y de mala calidad? Lejos ha quedado esta creencia. En la última década hemos visto como un sinfín de marcas y empresas chinas en diversos sectores han desembarcado en México con intenciones de quedarse y crecer exponencialmente. Desde dispositivos electrónicos como teléfonos y pantallas de televisión hasta autos de todo tipo, eléctricos, de combustible, todoterreno o premium.
El sector automotriz mexicano es particularmente estratégico para el país asiático, el cual es la mayor potencia manufacturera de vehículos a nivel mundial desde hace casi quince años. Solo el año pasado China ensambló 30.1 millones de unidades, el triple que Estados Unidos (10,6 millones de vehículos), su competidor más cercano, según reporta la Organización Internacional de Fabricantes de Automóviles (OICA). En tercer lugar de este ranking está Japón con casi nueve millones de unidades fabricadas. En Latinoamérica, nuestro país es el mayor fabricante con 4 millones de vehículos manufacturados y séptimo a nivel mundial, seguido de Brasil con 2.3 millones de unidades fabricadas en la región.
Gracias a su alta capacidad productiva basada en una producción a gran escala debido, entre otros factores, al volumen del mercado local -hablamos del país más poblado del mundo con más de mil 400 millones de habitantes- junto con los avances tecnológicos en la infraestructura industrial, China pasó de exportar 9,928 millones de dólares en 2020 a 77,659 millones de dólares en 2023, pasando de la posición décimosexta a la tercera en el mismo período; sólo fue superada por Alemania y Japón.
El crecimiento y expansión del mercado automotriz chino no tiene freno. En México, de enero a diciembre de 2023 las ventas de autos ligeros de marcas chinas representaron el 9.4% del total de acuerdo con datos del Inegi. Del millón 361 mil 433 unidades comercializadas, 129 mil 329 correspondieron a marcas de origen chino: Chirey vendió 38 mil 484 unidades, JAC 21 mil 67, MG Motor 60 mil 128 unidades. Un porcentaje muy superior al logrado en 2022, cuando las marcas chinas representaron 6.5% de las ventas totales con 70 mil 783 unidades.
Un reciente estudio de BitCar, plataforma mexicana especializada en arrendamiento para personas físicas que integra tecnología financiera de última generación como blockchain, analiza a profundidad este segmento para evaluar cuáles son las marcas chinas más confiables de acuerdo a ocho criterios: su potencial comercializador en China y en México, la planeación de plantas manufactureras en nuestro país, el tamaño de su portafolio, los tipos de motor de los vehículos a la venta, la garantía que proponen y el número de puntos de distribución.
De este análisis se desprende que, JAC, JMC, BAIC, MG Motor, Chirey, Omoda, BYD son las más confiables. No obstante, solo de noviembre 2023 a mayo 2024, creció 32% el número de marcas chinas activas en México, de 19 pasaron a 25 y muchas de ellas todavía no figuran en los datos de venta registrados por el Inegi, por lo que el mapa de calor chino cambiará en los próximos meses.
Este crecimiento exponencial que seguirá este año, ya que se espera la llegada de al menos cuatro marcas más en la segunda mitad del 2024, ha tenido un impacto en la inflación sectorial. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) la inflación en el sector se ubicó en 1.96 por ciento a la primera quincena de abril, muy por debajo del 4.6 por ciento general nacional. Esta tendencia positiva ha sido posible en parte gracias al impulso de las marcas chinas que ya operan en México y que
cuentan con propuestas muy competitivas en cuanto a precios. La consultora JATO Dynamics indica que, dependiendo del modelo de vehículo, los precios pueden ser en promedio desde 36% y hasta 50% más baratos.
Muchos mexicanos que no están convencidos de adquirir alguno de los modelos nuevos llegados de Asia o que, al no conocer la marca, tienen ciertas dudas, han recurrido a formas de financiamiento alternativas a la compra vía crédito automotriz, como el arrendamiento. Para empresas del sector como BitCar el arrendamiento de autos chinos ha representado más del 15% de colocación en los últimos dos años, un porcentaje que seguirá incrementándose en el corto y mediano plazo, en línea con la realidad que vive la industria.
El interés de las marcas chinas en establecerse en México no es solo capitalizar el mercado local, sino también poder exportar a Estados Unidos, es decir, quieren establecerse en nuestro país para abastecer la demanda del mercado norteamericano. Por eso, el resultado de las elecciones tanto en nuestro país como en la nación vecina tendrá impacto en la deriva que siga el sector.
En Estados Unidos ven con mucho temor la expansión china sobre todo en segmentos como el de los coches eléctricos e híbridos. Recordemos que la marca china BYD superó a Tesla en ventas de vehículos, destronando al que había sido líder absoluto y forzándole a reducir los precios de sus unidades. Por su parte, Biden anunció hace unos días que mantendrá los aranceles sobre los productos chinos e incluso comentó que elevaría tasas a las importaciones de ciertos productos, amparándose en el argumento de las prácticas comerciales desleales.
Mientras, las candidatas presidenciales mexicanas tratan de convencernos sobre su valía para ocupar el cargo más relevante del país y la que salga victoriosa tendrá que liderar la renegociación del T-MEC en 2026, una tarea que no será fácil tomando en cuenta esta guerra comercial entre Estados Unidos y China. El nearshoring trae inversión a México y sin duda un impacto positivo para nuestra economía pero, también puede ser una moneda de doble cara.