Mucho se ha hablado del impacto que ha tenido en todas las industrias la revolución digital y la economía colaborativa. En el último par de años, por ejemplo, los estadounidenses han sido testigos de una gran oleada de cierres de puntos de venta, lo que ha ocasionado que expertos en comercio y temas digitales anticipen el inminente fin del modelo de retail.
Sólo en lo que va del 2017, marcas como Radio Shack, Bebe, Crocs, JCPenney, American Apparel, Kmart, Macy’s, Abercrombie & Fitch, Guess, Sears y Gap, entre otras, han cerrado miles de tiendas, sobre todo en Estados Unidos. ¿La razón? Las dificultades económicas ocasionadas por la migración de consumidores hacia el comercio electrónico.
De la misma forma en que ha ocurrido con la mayoría de las industrias tradicionales, los negocios que basan sus ventas en lugares físicos se han visto sacudidas por las bondades de las compras por internet, y como en todo proceso evolutivo, sobrevivirán aquellas marcas que sepan adaptarse a un cambio disruptivo como el que está ocurriendo.
Sin embargo, ésta disrupción aún no se presenta por completo en México, por lo que no es aún una amenaza que preocupe a las grandes marcas y las obligue a cerrar sus puntos de venta, esto a pesar de que la última edición del Hot Sale se reportó como la más exitosa desde su lanzamiento, y logró un aumento de ventas de 200% en comparación con el año pasado.
Aunque los reyes a nivel mundial en el sector de comercio electrónico son Amazon y la china Alibaba, también las startups de cada país hacen su lucha por quedarse con algo de los 2 mil 300 millones de dólares que alcanzarán las ventas en línea en todo el mundo. En México, Mercadolibre y Linio lideran el sector, pero grandes tiendas como Walmart tienen una participación importante en la oferta online de productos.
Así, a pesar de que en economías de avanzada como la estadounidense las marcas se quedan sin compradores físicos (lo que incluso ha puesto a temblar a la infraestructura de los grandes centros comerciales), la realidad es que en nuestro país aún preferimos palpar el producto e incluso hay vendedores gestados en la web que han inaugurado puntos de venta, pasando así, de manera paradójica, de lo virtual a lo físico.
Ejemplo de esto es Petsy, la tienda online de mascotas más grande de habla hispana, que recientemente inauguró su primera tienda física en la colonia Polanco, tras la reiterada petición de sus clientes.
Lo anterior podría hablarnos de una cultura mexicana que prefiere ver, oler y sentir los productos que está por comprar, en lugar de elegir con base en una foto en la pantalla.
Para, la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), existen aún grandes retos para que México se suba plenamente al tren del e-commerce. Por ejemplo, cuando en otros países ya han resuelto el tema de comprar prendas de vestir sin antes probársela, con la posibilidad del cliente de devolverla cuantas veces sea necesaria hasta dar con la talla que le ajuste bien, en México aún tenemos dificultades logísticas para hacerlo.
Otro factor se manifiesta a la hora de elegir un método de pago, pues no todas las tiendas virtuales ofrecen más opciones que el uso de la tarjeta de crédito, una dificultad importante si tomamos en cuenta que sólo el 33% de los mexicanos cuenta con este instrumento crediticio.
Así, mientras el rezago natural que hemos demostrado en varios ámbitos esté presente, el fin de los retails no se encuentra cercano y, por el contrario, los consumidores estaremos demandando tiendas en las que podamos utilizar todos los sentidos antes de elegir lo que vamos a comprar.