Fue sin dudas la noticia del fin de semana entre las grandes compañías del mundo: IBM hizo la compra más grande de su historia al anunciar que se hará de Red Hat, el desarrollador –entre otros software– de Linux, por nada menos que US$ 34.000 millones.
Con la compra de Red Hat, el segundo negocio de tecnología más grande del mundo, IBM apunta a catapultarse a la elite de las compañías tecnológicas con fuerte presencia en la nube.
Sin embargo, cuando Bloomberg dio la noticia el domingo 28 de octubre, hubo dos reacciones hacia el interior de Red Hat, según ZDNet: mientras los líderes corporativos de Red Hat estaban festejando, los empleados de escala media y baja, no.
Para muchos, la adquisición por parte de Big Blue del núcleo de desarrollo de Linux, el software abierto más grande del mundo, no es una buena idea.
Así, mientras Paul Cormier, presidente de Productos y Tecnologías de Red Hat, proclamaba que habían “hecho historia” y se vanagloriaba de que “la transacción de software más grande en la historia es una compañía de código abierto”, hacia el interior de Red Hat la reacción fue diferente.
Los empleados de Red Hat entienden que es “choque ‘cultural’ demasiado grande como para salir bien”.
Mal manejo de la noticia
Por un lado, están molestos porque se enteraron por Internet. Al parecer, la noticia iba a ser comunicada a principios de esta semana, pero se filtró antes a la prensa. Ninguno entre los empleados de rangos medios y bajos de Red Hat lo sabía y los líderes no tuvieron la oportunidad de explicarles antes.
Por otro lado, si bien IBM tiene una larga historia en cuanto a soporte de código abierto, en los últimos años es una empresa que se está quedando atrás, paralizada por la burocracia. Esto es lo opuesto al estilo de Red Hat. Esto también genera temores en los empleados.
Detalles del acuerdo
El acuerdo es en efectivo y es por lejos el más grande que IBM haya concretado, reforzando las credenciales del gigante de los servicios informáticos en la nube, donde se están produciendo cambios cada vez más rápidos y lucrativo. Además, le brinda un nuevo nodo de negocios para lograr crecer en sus ingresos.
La empresa, que alguna vez fue sinónimo de computación, ha demorado (demasiado, creen algunos) en desembarcar con fuerza en las tecnologías relacionadas con la nube y quiere ponerse al día con los líderes del mercado, como Amazon.com y Microsoft.
La adquisición de Red Hat por parte de IBM marca el segundo acuerdo entre tecnológicas más del que se tenga registro. El anterior fue en 2015, cuando Dell compró EMC por US$ 63.700 millones. En 2016, SoftBank adquirió ARM por US$ 30.100 millones.
“La adquisición de Red Hat es un cambio en las reglas de juego”, le dijo Ginni Rometty, presidenta y directora ejecutiva de International Business Machines (IBM), a Bloomberg. En un comunicado, dijo que “cambia todo sobre el mercado de la nube”.
IBM no está pasando por un gran momento y su CEO, Ginni Rometty (61), que asumió en 2012, lo sabe. Es por eso que ha estado tratando de desinvertir en algunos sectores y dirigir sus esfuerzos monetarios hacia otros más lucrativos.
Competir con empresas de tecnología más jóvenes es un problema y es por eso que las nuevas inversiones apuntan a negocios más modernos, como la nube, inteligencia artificial y software de seguridad.
Las acciones de IBM disminuyeron alrededor de un 5 por ciento en las primeras operaciones en Estados Unidos de este lunes. En lo que va del año, ya cayeron 19 por ciento, lo que le da un valor de mercado de unos US$ 115.000 millones.
IBM pagará US$ 190 por acción en efectivo a Red Hat, que hoy tiene sede en Raleigh, Carolina del Norte. Se trata de un sobre precio del 63 por ciento por sobre el precio de cierre de Red Hat del viernes de US$ 116,6 por acción.
Se espera que los ingresos de Red Hat, que venden software y servicios basados en el sistema operativo de código abierto Linux, superen los US$ 3.000 millones por primera vez este año.