El año pasado estuvo marcado por una infinidad de casos de acoso o violación en Hollywood. Todo comenzó cuando el estudio cinematográfico The Weistein Company, decidió despedir a su presidente y cofundador, Harvey Weinstein, quien enfrenta varias acusaciones de mujeres que lo señalan por acoso durante casi 30 años.
Luego Kevin Spacey y la acusación de acoso sexual por parte del también actor Anthony Rapp, quien aseguró que intentó abusar de él en 1986. Incluso Ed Westwick fue acusado de violación por la actriz Kristina Cohen.
Charlie Sheen tambiĂ©n fue acusado de violaciĂłn al actor Corey Haim, cuando este tenĂa 13 años de edad. Y las mujeres no se salvaron, el exjefe de seguridad de Mariah Carey, Michael Anello, amenazĂł a la cantante con presentar acciones legales por acoso sexual.
Incluso ayer se registrĂł un nuevo caso que atrajo la atenciĂłn del mundo. James Franco, ganador del Golden Globe al mejor actor de comedia por la pelĂcula “The Disaster Artist” este año y portador del pin de #TIMESUP, fue acusado de acoso por varas mujeres.
El tema se ha vuelto tan relevante que surgiĂł la iniciativa “MeToo”, como sĂmbolo de solidaridad y protesta en contra del acoso.
Si eres vĂctima de acoso en tu trabajo, en tu colegio, en tu vida DENĂšNCIALO. Todos contra el acoso sexual. Estamos contigo #metoo pic.twitter.com/GotNRYbN6u
— PolicĂa Nacional (@policia) 10 de enero de 2018
De hecho, precisamente en la edición de este año de los Golden Globe, casi todas las actrices acudieron vestidas de negro en señal de solidaridad.
Sin embargo, parece que esto no es del agrado de todo el mundo, pues en Francia, varias mujeres lĂderes se manifestaron en contra de la tenencia y explicaron sus razones.
El diario francés Le Monde publicó un manifiesto, firmado por un centenar de artistas e intelectuales francesas, incluyendo a la afamada actriz Catherine Deneuve.
En Ă©l, critican el efecto de #MeToo y su versiĂłn francesa #BalanceTonPorc (denuncia a tu cerdo) pues consideran que “la protesta legĂtima por la violencia sexual a la que están sometidas las mujeres, en particular en su vida profesional” se ha convertido en una “cacerĂa de brujas”.
Más aún, plasmaron que:
La violaciĂłn es un delito. Pero la seducciĂłn insistente o torpe no es un delito, ni la galanterĂa una agresiĂłn machista
A su postura agregaron que: “Como mujeres no nos reconocemos en este feminismo, que más allá de denunciar el abuso del poder se transforma en odio a los hombres y a la sexualidad. Pensamos que la libertad de decir no a una proposiciĂłn sexual corre pareja a la libertad de importunar, sin encerrarse en el papel de vĂctimas”.
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