Por estos días hemos observado con interés lo que en algunas de las principales ciudades Chinas como Pekín, Shan-Ghái, Wuhan y Nanjing sucede en torno a los sentimientos que los jóvenes estudiantes expresaron a través de manifestaciones en las calles por su situación ya lastimosa de estar casi tres años confinados por la pandemia. -¨Están ya cansados ¨- dicen, por este estricto protocolo.-

Realizar estas manifestaciones en el gobierno de Xi- Jinping es ya mucho decir, pues es sabido que al líder asiático no le gustan estas expresiones y más si estas piden que sea relevado de su cargo. Los gritos de ¨Xi Jinping dimisión¨, fueron recurrentes en las calles, así como las consignas ¨No queremos PCR, queremos libertad¨ sumándose también las de ¨Abrir China¨.

La libertad de expresión en China no es algo que se proyecte y estimule. En una economía planificada, en un modelo que ellos llaman socialismo con características chinas y con una sociedad controlada, las expresiones masivas no suceden todos los días, de tal suerte que conocer el desarrollo de estas protestas son toda una revelación que no se daba desde hace treinta años en tierras de la gran China desde las protestas de Tiananmen.

Las proclamas han ido lejos y piden que el líder Chino, quien fue sido re-electo hace poco por el partido comunista, dimita y a través de papeletas blancas, símbolo de la revuelta, solicitan libertad, democracia y apertura.

En tanto eso sucede en las principales ciudades chinas, cinco grandes periódicos globales, como el New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spigel y el País, alertan de que el caso de WikiLeaks, que data desde noviembre del 2010, cuando las casas editoriales publicaron por menores sobre documentos confidenciales sobre altos casos de interés mundial, afectan la libertad de expresión pues publicar dicen, ¨No es un delito¨.

Recordarán estimados lectores de Merca2.0, a Julián Assange, que bajo audaces procedimientos, filtró 251, 000 documentos confidenciales del departamento de estado de los Estados Unidos que revelaron casos de corrupción, escándalos diplomáticos y enredos de espionaje, acción que al final de cuentas, le valió la cárcel luego de más de siete años de estar asilado en la embajada de Ecuador en Londres.

Los cinco medios internacionales que influyen y crean opinión, a través de una carta abierta dirigida a las autoridades americanas manifiestan su preocupación por la persecución continua a Assange y con él, a la libertad de opinión.

La asonada contra Julián es también contra la libertad de opinar y marcha en sentido contrario a lo que proclama la primera enmienda de la carta magna americana.

Una parte de la carta de los medios afirma: ¨Obtener y revelar información delicada es parte de la función fundamental de los periodistas. Si este trabajo se criminaliza nuestro discurso público y nuestras democracias se debilitan considerablemente¨.

Los casos analizados en esta ocasión revelan que las sociedades en el mundo están activas y listas para defender sus derechos a disentir empujando el sistema democrático por delante, hoy por hoy, la única forma de convivencia social con éxito.

El buen periodismo es la base de las grandes sociedades democráticas.

Nos encontraremos más adelante.