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La polarización en el mundo va en aumento; es 40% más en Iberoamérica y un 2,2% en EE. UU.
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LLYC analizó la conversación en temas políticos, sociales y económicos de los últimos cinco años.
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Iberoamérica creció un 11% el mes que se declaró la pandemia y no paró de crecer a ritmo de 8% anual.
La libertad de expresión es uno de los temas que más preocupa y ocupa a los mexicanos, tanto así que también se convierte, muchas veces gracias a la digitalización, en el estandarte de la polarización social.
Hablamos de un fenómeno estudiado por la sociología desde hace décadas y que se catacteriza por la división extrema entre guerras culturtales, políticas y sociales propias de dos o más posiciones completamente opuestas, donde la conversión de actitudes y opiniones dificultan una conciliación en la dinámica e, incluso, del respeto.
Encontramos sociedades polarizadas, sobre todo, en lugares donde se han sufrido movimientos importantes que generan posturas radicales en temas políticos y sociales y donde, claramente, se puede palpar una ruptura entre grupos de opinión y mentalidad opuesta.
Comprendiendo ello, lLLYC revela en “The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público”, que México es uno de los países que no pasa inadvertido en temas de polarización y son justamente los relacionados con libertad de expresión, derechos humanos, racismo, aborto y feminismo los que están creciendo la conversación física y en redes sociales de forma muy evidente.
Según el informe de la consultora, en los últimos cinco años es donde más se ha visto reflejada la división social y el incremento de debates y discusiones, algo que se puede responder -como la misma definición conceptual lo explica- por los movimientos políticos, de régimen, legales y ciudadanos que han surgido con el cambio de Gobierno en el país, en 2018.
No obstante, pese a estos ejemplos, México es un país menos polarizado que Estados Unidos, Brasil o España y reporta un mejor concenso en temas de feminismo y cambio climático que otras zonas iberoamericanas. Asimismo, solamente el aborto y salario mínimo muestran una polarización y nivel de engagement mayores que el promedio global.
Las leyes estatales aprobadas para la legalización del aborto hacen que se sitúenn como una de las temáticas más polares en la región, con un crecimiento del 76 por ciento; pena de muerte y salario mínimo son los temas que decrecen.
“Vivimos en una sociedad adicta al conflicto, una adicción que se ve potenciada por el uso de redes sociales que ayudan a reforzar nuestras propias opiniones y prejuicios, alejándonos del consenso general. Más allá de los datos, que son muy reveladores, el principal valor de The Hidden Drug es invitarnos a todos a reflexionar y a encontrar espacios de diálogo y conciliación con los otros”, dice David González Natal, socio y director general de la Región Norte de LLYC.
“Estamos lanzando esta campaña global porque nos preocupa mucho la normalización de este fenómeno. Nuestro propósito como compañía es generar confianza entre personas, instituciones, empresas y marcas, y la polarización genera el efecto contrario. Esta polarización impide encontrar consensos y puntos de encuentro entre las personas. Por eso tenemos la responsabilidad de crear esos espacios de conciliación, relajamiento y pausa para encontrar un camino de salida a esta situación”, cagrega José Antonio Llorente, Socio fundador y Presidente de LLYC.
Polarización crece en Iberoamérica
El informe de LLYC se llevó a cabo con uso de técnicas de Big Data e Inteligencia Artificial y analizando la conversación de los últimos cinco años en Iberoamérica y Estados Unidos, es decir, procesando más de 600 millones de mensajes en redes sociales entre el 1 de septiembre de 2017 al 31 de agosto de 2022.
Entre los resultados arrojados se encontró que, con la llegada de la pandemia, el nivel de involucramiento o engagement en conversaciones polarizantes creció exponencialmente, demostrado con datos de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Estados Unidos, España, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana.
“Es difícil medir el riesgo exacto de una adicción; en algunos casos es bien conocido, pero en otros, como la polarización, no. Las grandes tragedias humanas y las matanzas resultan de momentos de incomprensión, de la exacerbación de este mecanismo mediante el cual un grupo no puede entender las ideas del otro. Ese no comprender hace que lo odie hasta tal extremo que decide que la única forma de resolverlo es matándolos a todos en una guerra. Este puede ser el verdadero riesgo de una droga como la polarización”, explica Mariano Sigman, neurocientífico y autor de “El poder de las palabras”.
Y es que se traduce la polarización como una droga pensando en el nivel de debate y pelea que existe hoy en día en redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram, donde se alcanzan determinados casos en los que la discusión se convierte en “una droga escondida tras la aparente normalidad del uso de estas plataformas digitales”.
Para los expertos como el neurocientífico Mariano Sigman; Patricia Fernández, psicóloga Clínica del Hospital Ramón y Cajal; y Belén Carrasco, investigadora senior y directora adjunta de Eyes on Russia, Centre for Information Resilience, esta adicción a las redes, y en especial a contenidos polarizantes, genera, tanto en las personas como en la sociedad, síntomas similares a los de una droga tipo c. Síntomas que pueden ser la pérdida de control, la absorción a nivel mental o la alteración grave del funcionamiento diario de la persona.
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