¿Qué tienen en común: “Let it Be” de “Los Beatles”, “Shake it Off” de “Taylor Swift y “No se tú” de “Armando Manzanero”?
Pues que comparten un concepto estructural único llamado: LÍRICA REPETIDA. O, mejor expuesto: palabras y frases que se repiten constantemente a lo largo de la pieza. Lo mismo pasa con miles de otras rolas que, al pasar de los años, han sido mega-exitosas al grado de encabezar por semanas los “Hit Parade” de Estados Unidos y Latinoamérica.
Un reciente estudio publicado en el “Journal of Consumer Psychology” y comentado por “Jacquie Itsines” para la revista “Psychology Today”, exploró el poder de la repetición lírica en un análisis que comparó todas las canciones que alcanzaran la lista de “Las 100 canciones No 1” de 1958 a 2012 publicada (en EU) por la prestigiosa revista “Billboard”. El comparativo se hizo oponiendo aquellas de la lista mencionada contra canciones que nunca pasaron del lugar 90 observándose las diferencias.
Los investigadores encontraron que líricas “más simples y repetitivas” fueron, por mucho, más agraciadas y favorecidas por las audiencias alcanzando posiciones de punta y mantenimiento más prolongado en la cima. Más aún, estas canciones, cuando entraban a la lista de éxitos, lo hacían desde posiciones avanzadas o en la lista corta de: “Las 40 mejores Hits” y alcanzaban el pináculo de la fama más rápido que sus competidoras.
Este descubrimiento da sustentación a la “Teoría de la fluidez procesal” que sugiere que: “Mientras más digerible es un mensaje -dada su sencillez- es más probable que la audiencia reaccione positivamente ante él”. Inclusive independientemente del contenido.
¡Ojo!, los músicos no son los únicos poseedores de este secreto de éxito, estrategias similares son constantemente utilizadas en la publicidad y lo hacen a través de slogan´s que saturan comerciales. Inclusive en el medio de la farándula, cuando los cómicos repiten y/o regresan -una y otra vez- a la misma frase o palabra. Ni hablar de los oradores expertos como “Martin Luther King” y su famoso discurso: “I have a Dream”.
A veces pensamos que la sofisticación, la profundidad y la elegancia del lenguaje encerrado en el mensaje nos puede ayudar a cautivar audiencias y ganar clientes cuando, todo parece indicar que, “la simpleza y la repetición” hacen un mejor trabajo.