La investidura del cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, se realizará el viernes 20 de enero de 2017. En dicha fecha, la familia Obama será una más entre los estadounidenses, pero sus muestras de marketing político quedarán para el conocimiento de la industria.
UNO. No hacer promesas a futuro. En la política, especialmente, no se sabe en qué puesto público se estará en el futuro, por lo que comprometerse con una postura y no cumplir, puede impactar directamente en el personal branding, por lo que Michelle Obama cuida su estategia y cuando fue cuestionada sobre si será o no candidata a la presidencia en 2020, la demócrata dijo “silencio allá atrás”, en señal de que ese pendiente no se puede prometer ni negar.
Audience member to FLOTUS: Run for president! @FLOTUS: Be quiet back there. (Laughter) pic.twitter.com/0yBV2flWc1
— BuzzFeed (@BuzzFeed) 14 de noviembre de 2016
DOS. Las alianzas con otras marcas (en la mercadotecnia política con marcas personales) es fundamental. El presidente Barack Obama ha dado muestra de ello primero al apoyar a Hillary Clinton y posteriormente al reunirse con Donald Trump como parte de los preparativos de transición en que el demócrata entregará la presidencia al magnate. Y es que esa suma de valor de marcas deriva en la percepción de los consumidores sobre el respeto a las leyes que le tiene Obama, lo que para muchas personas es indispensable en un líder al que pueden entregar su fidelidad.
De hecho, afirmó hoy que la democracia en su país “es más grande que cualquier persona” y por eso es importante garantizar una “transición pacífica del poder”.
TRES. Crear storytelling en el marketing político es de gran ayuda, la Primera Dama lo sabe y acudió, como diversas marcas, al emotional marketing cuando se creó la cinta “Southside with You”, en la que se cuenta su historia de amor con el presidente Barack Obama. Y es que 71 por ciento de las compañías que implementan tácticas de marketing emocional lo hace para aumentar el reconocimiento de marca, según Milward Brown.
CUATRO. Generar engagement con los seguidores es trascendental. Las dos hijas de los Obama lo lograron, al portar vestidos económicos que los estadounidenses que llevaron a su padre a la presidencia generalmente portan. Malia usó un vestido Asos de 39 dólares, mientras que Sasha, un Shoshanna de 385 dólares, lo que fue aplaudido en diferentes países en los que las hijas de los presidentes gastan grandes cantidades en productos de moda.