Anaí Y. Si te digo Las Vegas, ¿qué es lo primero que te viene a la mente?

Paco X. Artificial, prefabricado, fiesta o pos modernidad, ¿por qué?

Anai Y. ¿Crees que son características planeadas en la construcción de marca o son resultado de su desarrollo?

Paco X. Las Vegas es un destino totalmente planeado , ese es su éxito y su defecto para algunos viajeros, hay pero no hay aventura, ¿por qué lo traes tan fresco?

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Anaí Y. Estuve ahí un par de días, después de visitar lugares tan ricos y experiencias fuera de otro mundo, Las Vegas, me decepcionó. Como dices, es un lugar ya escrito, con pasos a seguir y sin espacio para explorar diferentes cosas. Tiene lo suyo. Lo que me interesa es la inversión en un sitio en medio del desierto, convirtiéndolo en uno de los lugares más visitados de la tierra. ¿A qué atribuyes este posicionamiento global?

Paco X. Sentido común y hambre de muchas cosas. Está comprobado que la gente que vive en el desierto tiene más sentido de urgencia para dar golpe y progresar. Las Vegas es un destino de éxito porque había mucha habré y necesidad de salir adelante , ¿no lo ves así ?

Anaí Y. Yo diría que eso es el drive para crearla, pero lo que la sostiene es la infraestructura de experiencias que engancha a un consumidor dispuesto a consumir lo mejor del vicio: juego y mujeres. Así lo plantean y así lo ofrecen. ¿Crees que las Vegas esté en el consciente colectivo, o invierten mucho en publicidad y mercadotecnia para mantener su turismo intacto?

Paco X. No es tan estratégico, ni tan pensado. Es el ejemplo de una necesidad creada, ¿o no?

Anaí Y. Una necesidad creada que con el simple nombre tiene mucho alcance e impacto en turistas con diferentes perfiles. Es el DisneyWorld de los adultos. Un mundo creado alrededor del consumismo. En Las Vegas no habitan seres humanos, habitan vendedores que están dispuestos a convencerte a gastar tu dinero. Es un mundo donde tú eres el blanco, y sin querer, estás dispuesto a recibir las balas. Es un mundo donde el tiempo no pasa. Es un mundo donde los débiles son los más fuertes. Es un mundo donde las tentaciones son premiadas. Un mundo donde el verbo y la cartera vale más que la carita. Al final del día, somos muchos quienes hemos caído en este mundo, conocido y por conocer, y quienes hemos sido víctimas de este gran monstruo mercadotécnico. Nos guste o no, es un must turístico.