-
Las Spice Girls son una agrupaciĂłn que se consolidĂł internacionalmente, con el merchandising y la mĂşsica como elementos clave en su marketing.
-
El mercado de moda siempre ha generado polémica por la manufactura con que una gran cantidad de sus prendas son elaboradas.
-
Las Spice Girls son el mejor ejemplo de cómo el poder de una marca a través del merchandising se determina cada vez más en función de la base de fans con que cuentan.
Una polémica ha surgido ahora que las Spice Girls se han decidido a lanzar una playera, que promueve la equidad de género, pero es manufacturada en fábricas donde las mujeres trabajan en condiciones inhumanas.
Los recursos que han buscado recaudar son para la campaña “Gender Justice” de la organizaciĂłn Comic Relief, sin embargo, las crĂticas crecen en contra de la agrupaciĂłn por vender esta playera que es manufacturada en Bangladesh con el eslogan “I Wanna Be a Spice Girl”.
The Guardian comisionó una investigación en donde una fuente de la fábrica en que son producidas estas prendas habló de la presión y abusos a los que son sometidas las mujeres encargadas de sacar la producción de estas prendas.
Tras revelarse la información, tanto las Spice Girls como Comic Relief emitieron un comunicado en el que aseguraron estar sorprendidos por la información revelada y en información actualizada por el medio, la organización se comprometió a devolver el dinero a los consumidores que pidan un reembolso por la prenda adquirida tras darse a conocer la polémica.
Las marcas no piensan
La base de fans es uno de los elementos clave para cualquier marca y lograr con ello determinar nuevas pautas comerciales.
En el caso de las Spice Girls, el merchandising se ha convertido en la mejor estrategia creativa, sin embargo, cuando nos damos cuenta de las historias que publican grandes grupos como Disney, Warner Brothers, Universal o Nickelodeon, la oportunidad comercial que encuentran estos grupos se ha basado en las historias como el factor creativo para lograr vender productos de manera masiva.
Con esto en mente, uno de los elementos clave en la construcción de marca ha sido la flexibilidad con que estos nombres logran extenderse más allá de las historias, para lograr convertir estos elementos en acciones relevantes en el mercado. Con el merchandising han podido apostar comercialmente, sin embargo, muchas marcas se han olvidado de principios éticos en la fabricación de sus productos, olvidando el problema que hay en la fabricación en masa.
Si bien existen nuevas prácticas que certifican a las fábricas donde se maquilan las prendas bajo esquemas éticos y laborales de calidad, detrás de la manufactura de ropa siguen existiendo polémicas que han revelado lo cruel que es el fashion retail en la producción de prendas, en un momento en que el mercado masivo se ha vuelto salvajemente competitivo.
Durante 2018 fueron muy polĂ©micos los casos de marcas como Gap y H&M, cuando una investigaciĂłn conducida por The Global Labour Justice revelĂł cĂłmo las mujeres de fábricas asiáticas eran vĂctimas de abusos sexuales y fĂsicos en las fábricas que producen prendas para estas marcas y que tienen que cumplir descabelladas fechas de entrega.
En esa ocasiĂłn, los paĂses en los que se concentraban las denuncias eran India, Indonesia, Sri Lanka, Camboya y Bangladesh.
“Debemos entender la violencia de género como un resultado de la estructura de la cadena de suministro global. El modelo de cadena de suministro de moda rápida en H&M y Gap crea objetivos de producción irrazonables y contratos con oferta insuficiente, lo que resulta en que las mujeres trabajen horas extraordinarias no remuneradas y trabajen muy rápido bajo una presión extrema”, aseguró en su momento Jennifer Rosenbaum, directora en Estados Unidos de Global Labour Justice.