La exigencia para que las empresas evolucionen a convertirse en una Media Company es cada día más imperiosa. La mayoría de las organizaciones cuentan con los elementos básicos requeridos, como son el contenido y los medios. Lo que las dilata en tomar la decisión es entender como escalar a un enfoque de marketing de contenido y como medir una estrategia.
La clave para mantener un plan de marketing de contenido a largo plazo, es pensar estratégicamente sobre cómo ejecutar todo el trabajo durante un período de tiempo sostenido. Aquí es donde entra en juego el estructurar al equipo de contenido ideal, un dream team.
Las empresas tienen varias alternativas. La primera, contratar directamente a una agencia que se encargue de diseñar la estrategia e implementarla. La segunda, es una combinación de las dos: contar con su propio equipo y complementarlo con el de una agencia externa y, la tercera, es integrarlo completamente a su organización.
Constituir su propia redacción de marketing de contenido impone un gran reto. Para empezar, habrá que identificar y reunir a las personas adecuadas en los roles correctos y construir un sistema de contenido que puede ejecutarse como una máquina. La dimensión de una sala de redacción puede ser tan amplia o tan esbelta como lo exija la tarea de comunicar, así como el presupuesto dedicado a este menester.
No hay un modelo universal, pero si hay posiciones y ocupaciones que deben de cubrirse necesariamente. Y, aunque los ingredientes son los mismos, existe la posibilidad de que varias tareas se concentren en una persona evitándose tener que incorporar un especialista para cada etapa del proceso.
El primer paso es contar con un estratega de contenido o content manager. Es el líder del equipo y el arquitecto de la estrategia. Se avoca a definir la audiencia, la investigación de SEO, el calendario editorial, así como la estrategia de difusión de los contenidos. Es el encargado de tener acuerdos con el cliente o en su caso con sus superiores.
Debajo tiene un editor que juega un papel relevante. Su primera responsabilidad es asegurarse que los contenidos sean impecables, libres de errores. El recibe las propuestas y los borradores de los textos a publicarse y los edita para darles forma y fondo. Se encarga también de curar el material, enriqueciéndolo y colocándolo en el canal y el momento adecuado.
Otra pieza capital es el redactor. Tomando como base el calendario editorial, se responsabiliza de construir los contenidos, enfocándose a los deseos y aspiraciones del público objetivo, así como dándoles el formato adecuado para cada pieza y cada medio. El redactor hace también labores de investigación y propone temas y formatos de acuerdo a la coyuntura.
Está también el diseñador, capaz de crear cualquier activo visual que el contenido requiera, desde pegar una imagen en el blog, hasta crear una pieza original, o producir GIF´s memes, infografías, videos y cualquier otro gráfico que represente una pieza por si sola o que contribuya a enriquecer otra.
La diferencia entre marketing de contenidos y contenido simple se centra en objetivos medibles. De ahí la necesidad de un analista que pueda medir el rendimiento de su contenido, reunir inteligencia y relacionar esa información con los objetivos de negocio. En él está identificar tendencias que conduzcan a una mejor ejecución y eficiencia del contenido.
En cuanto a la producción, normalmente es una tarea que se encarga a un tercero externo, pues esta parte no solo requiere del talento sino de los fierros para plasmarlo. Pero hay quienes prefieren contar con su propio productor, responsable de gestionar el aspecto de todo aquello que se hará público. Es un rol crítico y puede ser compartido entre un grupo más amplio, que ocupe a un diseñador creativo, escritor o tal vez un especialista en formatos que encabece un equipo multifuncional de especialistas creativos (escritores, diseñadores, camarógrafos, fotógrafos).
Debemos tener en cuenta que esta lista no es exhaustiva, pues muchos otros expertos pueden adherirse, como un traductor, investigadores, y otros que se avistan en un contexto más amplio del contenido y la estrategia. Lo que más cuenta es enfocarse en desarrollar una estrategia funcional y aplicar los roles más importantes para cada negocio. Estas posiciones ofrecen un panorama más certero para comenzar a reunir el equipo correcto y consistente para el crecimiento y el éxito de un programa de marketing de contenido.