Sabíamos que la apuesta del actual gobierno es invertir en la zona del sureste del país, una de las más más desfavorecida en cuanto a desarrollo y modernización con excepción de la zona turística de la Riviera Maya, sin embargo, la pregunta es, ¿qué tanto será sustentable esta mega obra? ¿Queremos modernizar o destruir dicha zona tan rica en recursos naturales y ecosistemas que datan de millones de años?

De acuerdo con información del gobierno federal el Tren Maya contará con esta infraestructura, así como beneficios económicos y ambientales:

• 1,500 km de vías del tren aproximadamente.
• 19 estaciones y 12 paraderos.
• Gran parte del trazo utilizará derechos de vía existente.
• El tren brindará tres servicios para transportar: turistas, población local y carga.
• El proyecto impulsa el turismo incluyente, en el que los beneficios se distribuirán en la comunidad.
• Se llevó a cabo una Consulta Indígena para incorporar la visión y cultura de las comunidades indígenas.
• Demanda prevista: Se estima que para el 2034 el tren cuente con $26 mmdp en ingreso generado por pasajeros locales, turismo y carga.

Adicionalmente se informa que el Tren Maya es socialmente rentable.

Los beneficios netos por una mayor derrama económica derivada de más visitas a la región ascienden a $148.7 mil mdp.

Los beneficios en productividad ascienden a $33 mil mdp, generados por mejorar la interconectividad y las economías de aglomeración.

El Tren Maya será capaz de transportar mercancías a una velocidad de hasta un 72% superior que las vías actuales.

En 2023 se ahorrarán $2.9 mil mdp en costos de tiempo de viaje en el autotransporte de pasajeros.

El tren podría ser usado por 200 mil personas al día en el 2030. En el tramo Cancún -Tulum podrían ser 80 mil pasajeros diarios

¡Todo esto suena fabuloso! No obstante, ya existen varias cancelaciones provisionales dictadas por diferentes jueces, gracias a amparos y denuncias que han interpuesto diferentes organizaciones ambientales y activistas, particularmente en lo que se refiere el tramo no. 5, el cual ha cambiado en dos ocasiones el diseño de la ruta.

Desde enero pasado del 2020, comunidades de la Península Yucatán, colectivos y organizaciones de la sociedad civil han interpuesto demandas en contra del “Proyecto de desarrollo Tren Maya”, en las que se reclaman violaciones a sus derechos humanos, ambientales, derecho a la consulta y consentimiento de los pueblos indígenas, derecho a la vivienda, derecho a la salud, a la información pública, entre otros.

Entre las organizaciones que se han pronunciado en contra del Tren Maya están: Indignación A.C., Kanan Derechos Humanos A.C., Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx), exhibieron que se han deforestado 2 mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas, conflictos sociales por tenencia de la tierra, 53% del trazo del Tren Maya se encuentra sobre terrenos ejidales, Pérdida de hábitat, fragmentación, atropellamiento y bloqueos de paso de fauna, generación de ruido que puede afectar particularmente la orientación de los murciélagos, desabasto de agua en la zona de Calakmul, presión a la zona arqueológica de Calakmul por incremento de visitantes de 40 mil (actualmente) a 3 millones (esperado). Las comunidades de Calakmul no tienen servicio de recolección de residuos. Hay riesgo de crisis por la acumulación de residuos e Impacto en Áreas Naturales Protegidas.

Más allá de adentrarnos a los detalles de esta gran controversia, ¿Qué tanto sabemos lo que en realidad está sucediendo? Nos enteramos por las redes sociales del grupo activista “Sélvame del Tren” con la participación de celebridades, reconocidos “influencers” y activistas ambientales de la destrucción de ecosistemas sin un estudio de ambiental, así como la cerrazón del gobierno federal para dialogar con ellos y especialistas en el tema.

La sustentabilidad y el impacto en el medio ambiente no es solo un propósito de las empresas, o las instituciones, sino de los gobiernos federales y locales, yo estoy a favor de la modernización y el desarrollo económico, pero siempre con una visión sustentable, la cual al parecer este gobierno no la tiene. No comprometamos el futuro de las nuevas generaciones satisfaciendo las necesidades de las actuales. Sigamos atentos a esta mega obra que sin duda está teniendo un fuerte impacto medio ambiental y social que, de seguir avanzando, dejará consecuencias irreversibles.