En la medida en que las relaciones públicas continúan alineándose a los incesantes avances tecnológicos, el derecho a la privacidad se presenta como una preocupación importante.
Es evidente que estas medidas se implementan con la intención de proteger, sin embargo, el desafío radica en que las empresas, marcas, agencias y medios generadores y distribuidores de contenidos entendamos del tema. Suena fácil, pero se vuelve complicado ya que las plataformas virtuales cambian sus normas frecuentemente y los usuarios no siempre se enteran a tiempo debido a falta de comunicación asertiva, hasta por acciones tan comunes de dar “aceptar” sin leer bien de qué van. Normalmente, esto sucede porque el marketing de estas empresas es tan bueno que han logrado ganar la confianza de los usuarios y eso de pronto tiene como consecuencia un rebase de dicha confianza; no es sencillo que todos los clientes se den el tiempo de leer tantas y tantas letras chiquitas.
Por lo tanto, es muy valioso que los profesionales de la comunicación, relaciones públicas y marketing digital estemos conscientes de este asunto. Desafortunadamente, no todas las políticas son consistentes en cada plataforma digital, redes sociales, herramientas de CRM, soluciones para videoconferencias, etc.
La parte negativa es que, si estas nuevas regulaciones no se comunican de manera correcta, pueden afectar de distintas maneras a marcas y negocios.
Se recomienda que los profesionales de PR guiemos a nuestros clientes para que consideren estos, como temas trascendentales.
Los métodos tradicionales de relaciones públicas ya no son suficientes para una estrategia efectiva; es importante recordar que:
- La calidad del contenido es muy, pero muy valiosa.
- El uso de cada recurso de comunicación debe ser analizado antes de utilizarse.
- Sigue siendo básico aterrizar los formatos de acuerdo con cada canal de transmisión.
Finalmente, la variedad de nuevos canales de comunicación nos seguirá asombrando y, de esta manera, las conversaciones entre marcas y clientes serán cada vez más vivas.
¡No podemos vendarnos los ojos!