Actualmente empresas de todos tamaños invierten cantidades importantes de tiempo y dinero en desarrollar mejores estrategias de venta y técnicas innovadoras de negociación. La realidad es que las relaciones empresariales productivas no son tan misteriosas ni tan complicadas.
Estoy seguro que para todos es importante construir relaciones de negocios genuinas y duraderas, que puedan brindar valor a tu empresa e inclusive puedan aportar valor a tu crecimiento personal y, ¿por qué no?, relaciones que eventualmente puedan convertirse en increíbles y duraderas amistades. Sin duda, ser muy bueno en lo que haces para tu negocio es el comienzo, pero definitivamente la clave está más enfocada en quién eres como persona.
Podríamos afirmar que los rasgos de personalidad que te sirven mejor para el relacionamiento en los negocios, son aquellos que te funcionan bien en la vida. Veámoslo así: Las personas de negocios, son meramente personas. Un sentido genuino de humanidad y accesibilidad te pueden llevar más allá que una persona que carece de estas cualidades.
De pronto nos encontramos con personas de ventas “actuadas” que se alejan de quien realmente son y honestamente, si tienes algo de experiencia en el mundo de los negocios, eso se nota…
Es esencial considerar que en los negocios, al igual que en la vida, la humildad funciona mejor que la arrogancia. Tus socios de negocios, tus clientes, tus empleados y tus proveedores apreciarán ser tratados de manera correcta. Cuando hablo de humildad, me refiero a ser respetuosos, genuinos, derechos.
En el sector de la organización de eventos es indispensable detallar las expectativas; definir tanto lo que los clientes esperan de su agencia, como lo que la agencia espera de sus proveedores y empleados. Para ello, mantener en todo momento una comunicación directa y clara es primordial. Sin duda, las sorpresas placenteras son siempre mucho mejores que las decepciones que invariablemente generan frustración, y por ende, malos resultados.
La empresa Digital Education Hyper Island realizó el estudio “Los más deseados del futuro” a más de 5 mil Directores Generales de diversas empresas. El estudio arrojó que el 78 por ciento de los encuestados mencionaron la palabra “personalidad” como una de las cualidades más deseadas en sus empleados. El 12 por ciento respondió que la cualidad más deseada es la creatividad y el 11por ciento afirmó que buscan empleados con amplio criterio.
No podemos menospreciar los conocimientos de las personas, pero sí podemos afirmar que es tu personalidad lo que te hace único e interesante. Piénsalo de esta manera: puedes ser un experto en cualquier área, pero si no eres capaz de mantener una conversación, ¿por qué tus clientes quisieran estar cerca de ti?.
También te invito a que pienses en las personas que te rodean en el trabajo; sin duda prefieres pasar más tiempo con aquellos compañeros de trabajo que te apoyan y te hacen pasar momentos agradables, no con aquellos que son envidiosos, hipócritas y que sólo se dedican a sustraer tu energía.
Las relaciones sólidas se basan en la confianza, en la honestidad, en comprender claramente lo que el otro espera de ti, en cumplir tus promesas, en dar un buen seguimiento y excelente servicio, y sobre todo, en ser empático.
Las habilidades se pueden aprender y se pueden mejorar con el tiempo siempre y cuándo haya una buena disposición y deseos de mejorar por parte de la persona; pero indudablemente, el que tiene el “don de persona” y tiene carisma tiene ya una parte importante de terreno ganado de manera natural en el mundo empresarial.
Seguramente muchos piensan que la personalidad de cada individuo esta “escrito sobre una piedra”, pero afortunadamente no es así. Existen diversas herramientas, coaching y terapias que te pueden ayudar a empoderar tu personalidad.
Recuerda siempre que puedes mejorar tu inteligencia emocional al estar consciente de tus sentimientos y de los sentimientos de aquellos que te rodean, siempre hay oportunidad de leer para adquirir mayor cultura y conocimientos y así ser mejor conversador, y sobre todo, siempre hay espacio para que te conviertas en un mejor oyente, lo que te permitirá entender mejor a las personas. Finalmente, lograr un buen relacionamiento, es cuestión de actitud.