México, DF.- En México hay un debate crucial, con base en datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), somos el país con mayor porcentaje de población obesa en el mundo. ¿Quién tiene la culpa? ¿Los consumidores que no racionan sus porciones alimenticias? ¿Las marcas al ejecutar estrategias de mercadeo y publicidad? ¿Las autoridades que no regulan los contenidos calóricos de los prodcutos? Las refresqueras nacionales están tomando partido: implementar marketing de responsabilidad social. Leamos al respecto.
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Un hecho tangible es el elevado índice de personas que padecen obesidad en México, con base en los malos hábitos alimenticios que traemos de casa, en la escuela, el trabajo entre otros factores. Las actividades cotidianas y la vida acelerada que tenemos nos orilla a comer lo que “encontremos”. Entonces, ¿todos tenemos la culpa? Podría ser.
La industria refresquera, de las primeras en ser “señalada” como responsable, anunció a través de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) la campaña “Conócete, Actívate, Equilíbrate” que fomentará un estilo de vida saludable y coadyuvar en la disminución de los índices de obesidad.
Este marketing de responsabilidad social busca posicionar a dicha industria, entre los consumidores y otras industrias, como parte de una solución ante el problema; vincularse con el cliente; dar una mejor cara; mejorar las relaciones públicas; limpiar la imagen de los refrescos; y “de pasada”, generar ingresos.
En este sentido autoridades de la ANPRAC señalan que la inversión bruta anual en el país es de 600 millones de dólares; y generan poco más de 135 mil empleos directos y cerca de un millón de indirectos.
La obesidad es un problema de salud pública y todos, marcas, autoridades y consumidores debemos aportar a una solución integral, datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) señalan que para el 2017 la atención médica a pacientes con dicha condición costará de 70 mil a 101 mil millones de pesos. ¿De dónde? De los impuestos.
La responsabilidad comienza con nosotros mismos, apliquemos un marketing de consumo responsable.
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