Las redes sociales son una mina de oro de dopamina, la hormona “de la felicidad” que secretamos cada vez que realizamos algunos comportamientos como ejercitarnos o alcanzar un logro.
De acuerdo con un estudio de la firma consultora de medios RadiumOne, “cada vez que publicamos, compartimos, damos un like, comentamos o enviamos una invitación en línea, estamos creando una expectativa. Creamos un sentido de pertenencia y moldeamos nuestro concepto de nosotros mismos al compartir”, señala el estudio.
Este hallazgo es interesante no sólo porque ayuda a explicar por qué nos sentimos tan atraídos a dar likes, sino también porque pone sobre la mesa el poder que los mercadólogos pueden tener al crear contenido que guste a los usuarios.
Mauricio Delgado, profesor de psicología de la Universidad de Rutgers en Estados Unidos, dijo al sitio de la Asociación Americana de Marketing que los esfuerzos en línea hechos por los mercadólogos pueden tener el mismo efecto neurológico en los consumidores como algunas cosas esenciales de la vida. “Las mismas áreas del cerebro que se activan con la comida y el agua se activan con los estímulos sociales”, asegura. “Esto puede ser una sonrisa, que alguien te diga que estás haciendo un buen trabajo, que eres una persona de fiar. Todos estos refuerzos sociales son abstractos pero muestran una actividad similar en los centros del cerebro dedicados a la recompensa”.
Esto sugiere que tener respuestas positivas en las redes sociales es un refuerzo positivo para seguir usando estas plataformas, lo que permite a los profesionales del marketing obtener buenos resultados al utilizarlas y conseguir que la gente regrese en busca de más refuerzos positivos.