México, D.F.- Un 46 por ciento de los empresarios a nivel mundial declaró en la tercera edición de la encuesta Regus Business Tracker, que su nivel de estrés aumentó en los últimos dos años, en medio de un difícil entorno económico estrechamente vinculado con su vida personal.
En el caso de México, los empresarios de las micro, pequeñas y medianas empresas enfrentan condiciones desfavorables para el desarrollo de su organización, pues un 65 por ciento de los encuestados declaran que sus niveles de estrés se han incrementado notablemente en los últimos dos años.
Notas sobre estudios:
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El estrés ha provocado en los empresarios el hastío intelectual, fatiga crónica y diversas alteraciones en su vida diaria, trastornos que no solo afectan la salud física sino también el desarrollo del sector empresarial.
Además del incremento en los niveles de estrés, la tercera edición de la encuesta de Grupo Regus, también examinó las principales preocupaciones detrás de ese estrés. A nivel mundial, los empresarios están más preocupados con la caída de las ganancias e ingresos, en segundo lugar, fue la falta de dinero o capital para invertir en la recuperación económica, seguida de cerca por las preocupaciones sobre la morosidad. En México, en particular, el aumento de los impuestos es la principal causa de preocupación de los empresarios, seguido por la morosidad y la falta de capital para invertir en la recuperación.
Los empresarios mexicanos coinciden en que existe un sistema tributario poco competitivo y complejo, sostienen que se podrían hacer muy buenos negocios, pero hay demasiada burocracia, papeleo y requisitos que son excesivos. Asimismo, un alto porcentaje de empresarios se ven presionados a cerrar sus negocios, ya que no cuentan con apoyo gubernamental para acceder a un crédito, el cual les permita crecer y expandirse.
Aunque el IVA se elevó del 15 por ciento al 16 por ciento en Enero de 2010, México sigue siendo evaluado por KPMG como el país con la menor carga fiscal sobre las empresas, revela que las preocupaciones de los pequeños y medianos empresarios puede ser el resultado de un fuerte sentimiento de que las presiones se distribuyen de manera desigual entre las PyMES y las grandes corporaciones.