Por Luis Miguel Martínez
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The littlest things that take me there
I know it sounds lame but it’s so true
I know it’s not right, but it seems unfair
The things are reminding me of you.
Lily Allen – 2007
De acuerdo con la Teoría General de Sistemas, todas las partes que conforman un sistema son igual de importantes, ya que sin ellas no habría sistema. Tal vez una de las partes más olvidadas en cualquier conversación de gadgets son los cables y aún más los conectores. Ante el eventual arribo del iPhone5, ya se habla de un cambio de la interfaz física del líder del mercado.
La mayoría de los dispositivos electrónicos como los smartphones, las computadoras y los reproductores de música, se interconectan mediante un complejo sistema de cable y conectores, que está diseñado para dar eficiencia al diseño y funcionar como una barrera técnica entre ellos (pese al uso de interfaces estandarizadas como la USB o los conectores de potencia). En general, todo dispositivo actual tendrá al menos dos conectores. Uno para la conexión a la energía eléctrica y otro para implementar algún tipo de red, ya que la conexión más simple es la punto-a-punto.
Pese a las fuerzas de mercado para que todos los conectores estén estandarizados, estos siguen siendo una barrera para evitar el libre intercambio entre componentes periféricos e incluso, bajo el paraguas, de la “actualización”, “obligar” al usuario a desechar parte de su tecnología bajo un argumento de obsolescencia. Por ejemplo el USB (universal serial bus) fue desarrollado por un grupo de 7 empresas en 1994 (Compaq), DEC, IBM, Intel, Microsoft, NEC y Nortel. El estándar se ha revisado a las versions 2.0 y 3.0 pero no ha cambiado en el tiempo. Este bus, fue la respuesta de la industria de las PCs al IEEE-394, mejor conocido como FireWire que llevaba años incorporado a los equipos Apple y una ecología de dispositivos. A partir de 2011 se comenzó la sustitución por el LightPeak o Thunderbolt.
A los ojos del usuario de estos dispositivos, estas interfaces parecen ser muy diferentes, aunque las pequeñas partes y los detalles invisibles al ojo hacen la diferencia. Por ejemplo, Thunderbolt permite transferir a una velocidad de 20 Gb/s “So What?”, básicamente permitiría transferir un DVD con una película en 0.25 segundos. ¿Y por qué tarda tanto, hacerlo? Porque la velocidad del software y el resto del hardware no es la misma. Tal como una carretera mexicana no permite aprovechar el motor de un Porsche o Corvette al máximo. En comparación, el USB más rápido (ver 3.0) permite transferencias a 5GB/s. Que igual no son perceptibles, pues el mismo DVD sólo transferiría en 1 segundo. Mientras tanto, FireWire sólo permite transferencias a 3.2 GB/s. Así la velocidad marca la diferencia, sin embargo también lo es la longitud máxima del cable. 4.5m para Firewire, 5m para USB y 3m para Thunderbolt ¿A mayor velocidad menor alcance? Parece ser así.
Los pequeños detalles que hacen la diferencia son los conectores, y están ahí para recordarnos las limitaciones de cada interfaz, pero como dice la canción de Lilly Allen, están ahí para recordarnos de lo que es cada equipo o dispositivo. Las imágenes que se han filtrado en Internet muestran un cable con un conector para USB de un extremo y un nuevo conector de tamaño similar a Thunderbolt. Y probablemente permita transferencias más rápidas entre el iPhone y la computadora (claro limitado por el estándar USB).
Curiosamente, la velocidad depende, en gran medida, del material que se use para los conectores y el cable, y para eso nada como el cobre, cuyas características moleculares permiten la máxima velocidad de los electrones que llevan la información de punto a punto. Así como los neurotransmisores en nuestro organismo, la velocidad máxima de estos estándares dependerá de esas cosas tan pequeñas, los átomos del conductor metálico.
¡No te desconectes! Usa estándares abiertos.