Información trascendida por The Wall Street Journal refieren que las autoridades de Brasil y Estados Unidos realizan una serie de investigaciones derivadas de denuncias por presuntos actos de corrupción sobre la adjudicación de los Juegos Olímpicos de 2016 celebrados en Río de Janeiro.
De acuerdo con el reporte del medio, la investigación fue abierta desde el verano pasado y es liderara por la oficina del FBI en Nueva York, esto se suma a lo realizado en la nación sudamericana, en la que, producto de la misma, el presidente del Comité Olímpico de Brasil, Carlos Arthur Nuzman, debido a su presunta participación en una operación de compra de votos, por lo que solicitó la colaboración de la justicia de Antigua y Barbuda, Francia, Estados Unidos y Reino Unido.
El evento fue utilizado “como un trampolín para actos de corrupción de dimensión olímpica y hay fuertes indicios de que Nuzman tuvo participación directa en la compra de votos para miembros del COI” refirió en su momento la fiscalía brasileña.
De igual forma, otra persona investigada en el caso es Arthur Soares, empresario del Brasil, quien supuestamente está relacionado en casos de corrupción en la adjudicación de algunos proyectos de infraestructura relacionada con los Juegos Olímpicos. Datos de la justicia brasileña revelan que al menos seis personas participaron en una operación por la que se pagó un soborno por dos millones de dólares para que se garantizara, al menos, uno de los votos con los que se logró la elección de Río como sede del evento en 2009.
Datos revelados por el Comité Olímpico Internacional (COI) detallan que el número de espectadores en la justa deportiva del verano pasado fue presenciada por televisión por 3.2 mil millones de espectadores, cifra menor a los 3.6 y 3.5 mil millones de Londres 2012 y Pekín 2008 respectivamente.
A su vez, en lo referente por ingresos de marketing de los Juegos Olímpicos a las federaciones internacionales se incrementaron al pasar de 297 millones de dólares en 2012, a los 520 millones del Reino Unidos, y a su vez a los 540 millones de dólares que se registraron en Brasil.
A pesar de ello, el número de licencias otorgadas en Río fueron 59, por debajo de los 65 y 68 licencias entregadas durante Londres y Pekín respectivamente.
Un asunto de marcas.
Durante 2015 estalló el escándalo en la FIFA que repercutió en gente detenida en diversas partes del mundo, así como una investigaciones a las sedes designadas para Rusia 2018 y Catar 2022. En ese entonces los patrocinadores del órgano rector del futbol dejaron en duda su continuidad conforme avanzaban las investigaciones.
Según una publicación de la BBC, la firma de tarjetas de crédito VISA, indicó “Esperamos que la FIFA tome medidas rápidas e inmediatas para solucionar estos asuntos. Si la FIFA no lo logra, les hemos informado que revaluaremos nuestro patrocinio”.
En tanto, Coca-Cola señaló “Esta larga controversia ha manchado la misión y los ideales de la Copa Mundial de la FIFA”. A su vez, Adidas precisó que estaba “totalmente comprometida a crear una cultura que promueva los estándares más altos de ética y cumplimiento, y esperamos la misión de nuestros asociados”.
Por su parte McDonalds refirió que los últimos hechos “eran extremadamente preocupantes”, además de que estaba monitoreando detalladamente la situación. Es por ello que para el COI este tipo de asuntos dañan la imagen y reputación, algo que afecta directamente la relación con los patrocinadores.
Es por ello que deberán asegurar certeza, legalidad y transparencia ante las investigaciones a fin de que se mantenga redituable un organismo que se encuentra en proceso de cambios para llamar la atención de los espectadores.