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No es lo mismo simplemente tener un canal de comunicación abierto y de verdad usarlo para escuchar.
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Sería bueno implementar reuniones o encuentros periódicos para verificar que todo esté en orden.
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Las quejas no deben ser destructivas, sino constructivas.
Siempre habrá algo de que quejarse, porque siempre habrá algo que mejorar. Las quejas en el trabajo podrían tomarse como uno de los aspectos más negativos de cualquier relación laboral. Sin embargo, no tiene porque ser así, principalmente porque tenemos que convivir con ellas. Estamos hablando de una estructura donde las necesidades de muchas personas y departamentos conviven, por lo que muchos puntos de vista estarán volando en todas direcciones y en algún momento chocarán. El área de recursos humanos debe estar preparada para afrontar estas situaciones y los empleados deben saber cómo y cuándo manifestar sus inquietudes. Es algo importante convertir estas situaciones en oportunidades de crecimiento para todos.
Nada es perfecto en este mundo y, por lo tanto, tarde o temprano nos tropezaremos. Si para algo sirven estas experiencias es para levantarnos corregir y seguir adelante, pero mejorando. Las quejas no deben ser destructivas, sino constructivas. Aunque es complicado diferenciarlas y hacer un buen manejo de las mismas, es algo posible. A veces sólo la experiencia es capaz de enseñarnos mejores métodos para salir adelante de todo tipo de problemáticas. Pero lo cierto es que el primer paso para aprender es admitir el error y exponerlo. Es por ello que es importante dejar que este tipo de comentarios lleguen por medio del canal adecuado. De nada sirve taparnos los ojos y hacer como que no pasa nada, pues si hay un error tarde o temprano explotará. Estos consejos te pueden ayudar a que las quejas sean motivo de superación.
Canales abiertos
Lo primero es que el canal esté abierto. Que haya un medio por el cual todos puedan ser escuchados y exista una retroalimentación adecuada. Una buena comunicación interna es la clave primordial para que cualquier trabajo pueda lidiar con las quejas.
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Más vale prevenir
Para que las quejas no lleguen de forma sorpresiva, es bueno que el canal de comunicación antes mencionado se ofrezca cada cierto tiempo. Sería bueno implementar reuniones o encuentros periódicos para verificar que todo esté en orden, dar oportunidad de hablar y escuchar.
Evaluar las prioridades
Para manejar las quejas se debe hacer una evaluación de las mismas. ¿Cuáles son urgentes? ¿Cuáles ya son demasiado constantes? Hay cuestiones que requieren una respuesta más inmediata que otras y se deben atender por orden de importancia.
Aprender a escuchar
No es lo mismo simplemente tener un canal de comunicación abierto y de verdad usarlo para escuchar. De nada sirve tener un supuesto buzón para recibir comentarios, si no se atiende. Hay que desarrollar la empatía desde todos los sentidos y que nadie se sienta ignorado nunca.
Líderes dispuestos
Aunque es correcto dar todas las quejas al departamento de recursos humanos, es importante que los jefes no sean figuras ausentes que sólo están ahí para dar órdenes. Ellos también necesitan ser empáticos y escuchar las necesidades de todos sus trabajadores.