PorĀ Alan Campos
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El pasado jueves 12 de junio arrancĆ³ en Brasil la vigĆ©sima ediciĆ³n de la Copa del Mundo de la FIFA, el evento deportivo mĆ”s esperado del aƱo tanto por los aficionados al futbol, como por los cientos de marcas (probablemente miles) que invierten miles de millones de dĆ³lares en patrocinios. Si bien es cierto que el torneo cuenta con grandes figuras como Cristiano Ronaldo o Lionel Messi, otras tantas como Radamel Falcao o Franck Ribery han quedado fuera para infortunio de sus selecciones nacionales y sus sponsors.
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Lesiones como las de Marco Reus, Riccardo Montolivo y el propio Ribery han levantado de nueva cuenta las interrogantes sobre la carga fĆsica a la que estĆ”n sometidos actualmente los futbolistas de Ć©lite, misma que para muchos ha terminado por evitar que estos jugadores tomaran parte dentro del Mundial de Brasil 2014, situaciĆ³n que para muchas marcas ha sido contraproducente.
Evidentemente los aficionados de Francia y Colombia son quienes mĆ”s lamentan las ausencias de Ribery y Radamel Falcao, respectivamente; sin embargo, marcas que habĆan elegido a dichos jugadores como embajadores de marca (Nike y Samsung por ejemplo) para Brasil 2014 tambiĆ©n vieron afectados sus intereses con la ausencia de los mencionados astros.
Durante la temporada previa al Mundial (2013-14) un equipo como Real Madrid disputĆ³ un total de 60 partidos oficiales (el mĆ”ximo posible), es decir mĆ”s de un juego a la semana, situaciĆ³n que facilita la apariciĆ³n de lesiones en jugadores, que en su mayorĆa son habituales de sus respectivos combinados nacionales.
Es obvio que reducir el calendario tambiĆ©n verĆa afectadas las ganancias de los patrocinadores dentro de los diferentes torneos a nivel mundial por obvias razones, pero tambiĆ©n debe de considerarse que ningĆŗn partido de ninguna liga atrae tanta atenciĆ³n como un juego de Copa del Mundo (de acuerdo con FIFA SudĆ”frica 2010 tuvo una audiencia promedio de 400 millones por juego), por lo que preponderar cualquier otro juego sobre el Mundial parece absurdo.
No cabe duda que un Mundial sin los mejores jugadores disponibles no levanta la misma pasiĆ³n, por lo que no serĆa mala idea reconsiderar la duraciĆ³n del aƱo futbolĆstico, al menos durante aƱo mundialista. Y si no lo desean hacer en aras del espectĆ”culo, al menos deberĆan de hacerlo para mejorar (mĆ”s) el marketing mundialista.