Los consumidores han venido impulsando por años, una radical tendencia en la que están dispuestos a pagar más por marcas sustentables.
Nielsen lo comprobó con un estudio donde demostró que, dentro de América Latina, el 71 por ciento de quienes compran está dispuesto a gastar más por marcas que garanticen tener como prioridad al medio ambiente.
Esta brutal proyección es sinónimo de lo que está ocurriendo en punto de venta, donde el consumidor ha comenzado a decidir en qué productos ejercer su gasto, con base en aspectos como el origen de los envases, la manufactura del producto y el compromiso de la marca con actividades con mayor consciencia por el medio ambiente.
Hay muy buenos ejemplos de cómo las marcas se adecuan a este nuevo pedimento del consumidor. Dove es una de estas marcas, que han sorprendido con maravillosas campañas como el Proyecto Dove para la Autoestima, que su misión es garantizar que la próxima generación crezca disfrutando de una relación positiva con su cuerpo y ayudar a jóvenes a aumentar su autoestima y alcanzar su máximo potencial.
Para dar esta calidad de mensaje a las mujeres, la marca no solo elabora campañas impresionantes, crea productos únicos con fórmulas libres de crueldad animal certificadas por PETA y está migrando sus envases a opciones 100 por ciento elaboradas con plástico recuperado, como su nueva línea de cuidado del cabello.
Otro ejemplo es la marca Knorr, que ha demostrado al consumidor que detrás de una amorosa comida preparada por nuestra mamá, hay un compromiso de agricultura sustentable, impulsando un proyecto que promueve los 50 alimentos de futuro, buenos para las personas y para el planeta, pensados en su valor nutrimental e impacto ambiental y de estos, 17 se encuentran en México. Además de ser una marca que utiliza el 100% de sus 13 principales vegetales y hierbas de fuentes sustentables, haciendo congruente su propósito con sus campañas.
Marcas adaptándose a la nueva demanda
Entre los grandes dilemas del consumo hasta ahora, está el impacto al medioambiente, ya sea por la generación de residuos por las compras que realizamos, así como a la importancia de crear hábitos y prácticas como el reciclaje y promoción de la economía circular.
Dentro de una proyección que The Wall Street Journal hizo en febrero de este año, el medio encontró que los países que más contaminan los océanos con plástico son China, Indonesia, Filipinas y Vietnam.
Ante esta problemática, organizaciones como Unilever han centrado la prioridad de su negocio en la manufactura de una oferta a favor del clima y la naturaleza.
No es de sorprender que gracias a estas acciones obtenga cada año, el primer lugar en la lista de compañías líderes en sustentabilidad del GlobeScan SustainAbility Leaders.
Unilever ha encabezado el listado durante 10 años, gracias a proyectos que no han logrado más que sorpresas. El Plan de Vida Sustentable Unilever (USLP), con un impacto a más de mil 300 millones de personas en el mundo, quienes han visto como han mejorado sus condiciones de salud, higiene; además de que han sido testigos del incremento de materias primas procedentes de fuentes sustentables de 14 a 64 por ciento.
El alcance de este Plan se ha renovado tanto en compromisos como en acciones con dos metas concretas: lograr que Unilever cuente con una cadena de suministro libre de deforestación para 2023 y que todos los productos de Unilever tengan cero emisiones en 2039.
Nuevas reglas en consumo
No cabe duda que las marcas están perfectamente consciente de lo que están haciendo bien y lo que por el contrario, afecta su permanencia del mercado.
Helados Holanda, por ejemplo, cuenta con su propósito “Derritiendo Barreras”, que busca eliminar las barreras entre las personas y normalizar la inclusión de personas discapacidad, con esfuerzos como instalar columpios inclusivos en áreas lúdicas, para que niñas y niños puedan disfrutar del entretenimiento sin limitantes o ser parte de la colecta del Teletón, generando alianzas para generar un mayor impacto positivo.
Ante esta oportunidad, Unilever ha asumido compromisos totales, desde instalar refrigeradores en tiendas que no dañan la capa de ozono, hasta cumplir con una cadena de suministro sin deforestar en su proceso y piensa en sumar a pequeños productores a su actividad, hasta hacer uso de tecnología satelital y de blockchain que mejora absolutamente todos sus procesos de producción y permite la trazabilidad de sus materias primas.
Esta apuesta es una inversión que todas las marcas deben asumir en el mercado, pues el consumidor ha tomado una decisión y es la de comprar productos que le aseguren que están velando por la preservación del planeta.
eCGlobal Solutions demostró esta resolución que está en la mente de los compradores, cuando en un estudio aplicado en América Latina descubrió que hay al menos dos posturas que el asumen cuando tienen que adquirir un producto.
Un 99 por ciento no duda en asegurar que es importante que las marcas cuiden del medio ambiente y otro 76 por ciento dijo verificar que la marca se preocupe por la preservación del planeta.
La nueva decisión de compra es una realidad y Unilever han dado el primer paso, para acompañar al consumidor y lograr que cada una de sus compras, sea una decisión inteligente por cuidar el entorno en el que vivimos.