Es un hecho, el comercio electrónico es la nueva arena de competencia que las marcas están obligadas a dominar. A pesar de los niveles de consolidación variables que esta forma de comercialización presenta en los diferentes mercados a nivel mundial, hablamos de un terreno que resulta cada vez más familiar para el consumidor y ante eso, no queda más que adaptarse y adoptarlo.
Durante el próximo año, se espera que ara el e-commerce alcance una penetración del 47.3 por ciento a nivel mundial. Una lectura más especifica del fenómeno indica que tan sólo en el mercado mexicano, existen alrededor de 128 millones de habitantes y el Banco Mundial estima que el 54.8 por ciento tiene acceso a internet y el 35 por ciento de la población tiene un smartphone. De acuerdo con datos de Statista, durante 2016 el 37.5 por ciento de la población tuvo acceso a plataformas para hacer compras por internet.
Alfonso Bribiesca, fundador de Vexilo, refiere que es posible identificar “un aumento la venta de bienes y servicios de uso cotidiano en línea. Las personas están optando por comprar en línea cosas que antes no lo hubieran hecho (súper, ropa, servicios de plomería, limpieza etc.)”.
Aunque la tendencia no es nada nuevo, lo cierto es que nos encontramos en un momento en el que los grandes líderes comienzan a despuntar, hecho que trae consigo la fijación de las reglas para un nuevo juego.