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Cuando un consumidor confía en una empresa, tiene un 53% de posibilidades de probar sus productos.
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Entre las marcas en las que no hay confianza, es probable que el 25% de los consumidores acepte sus nuevas propuestas comerciales.
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Los consumidores se están alejando de las tácticas de marketing que han sido la norma durante décadas.
Los cambios han tocado todas las industrias, y con eso los consumidores están más exigentes cuando de una marca comprar se trata. Con una nueva investigación compartió cómo las marcas deben de aplicar más el human-centric y cómo hacer sentir bien a las personas.
Entre los términos que para muchos son nuevos, se encuentra el human centric, qué especialistas definen como cuando las empresas descubren la importancia de las personas y se centran más en el lado humano.
Asimismo, se explica que una marca human-centric se centra en integrar características humanas como la empatía, la justicia, la reciprocidad, la amabilidad y la compasión en sus estrategias de negocio.
Bajo ese concepto, son muchos los especialistas que destacan que las marcas más atractivas serán aquellas que demuestren una personalidad y una ética sólidas, asumiendo una perspectiva centrada en su lado más humano. Con eso, actualmente un consumidor al considerar realizar una compra, el 81 por ciento piensa directamente en la marca y evalúa los motivos para adquirir o no el producto.
Y también se reporta, que cuando un consumidor confía en una empresa, tiene un 53 por ciento de posibilidades de probar sus productos más nuevos, lo que se traduce en nuevas y mejores ventas. Entre las marcas en las que no hay confianza, es probable que solo alrededor del 25 por ciento acepte sus nuevas propuestas comerciales.
Estrategias human-centric
En un nuevo informe, denominado ‘Por qué es tan importante hacer sentir bien a las personas: del propósito a las compañías human centric’, elaborado por LLYC, se desveló las razones por las que las marcas tienen que apostar por esta estrategia y cómo pueden desarrollar una metodología para construir un plan de posicionamiento que conecte, gracias a los datos, con cualquiera de sus stakeholders y generar así influencia positiva en él: sea un cliente, un empleado, un inversor o un proveedor.
Esta nueva investigación llega cuando está comprobado que la relación entre las compañías y las personas cambia. Ya que, antes, a una marca se le pedía que cumpliera con lo que prometía en cuanto a producto y servicio, a poder ser a un precio asequible.
Por lo que, cuando confían en una marca, los usuarios tienen más del doble de probabilidades de ser leales a ella y, además, de defenderla ante otras personas. Es por eso, que el propósito de la estrategia de poner al cliente en el centro es entenderle para diseñar las soluciones que mejor le satisfagan a estos.
En la investigación, Isis Boet, Directora del área Digital de LLYC en Barcelona y una de las autoras del informe, reflejó que “hay que pensar más en las personas que en el producto. Si queremos hacer sentir bien a alguien primero hay que conocerlo y para ello debemos comprender qué le preocupa, qué hace para resolver esas sensaciones y dónde”.
Como también, analizar, ya que en la actualidad, nada mejor que el dato para lograr una mayor probabilidad de acierto. Al poner a las personas en el centro de las decisiones y las acciones, las marcas pueden construir relaciones más valiosas y duraderas con sus clientes.
En ese mismo orden, esta investigación sostiene la relevancia de una metodología human centered, para hacer sentir bien a las personas, por lo que es necesario aplicar la influencia digital.
“Conocer, el contexto es cada vez más impredecible. Por eso, todo planteamiento debe comenzar por entender en qué momento está la sociedad con la que queremos conectar, comprender el desafío del negocio y complementarlo con el conocimiento sobre las tendencias del sector, la competencia, el contexto político-social y las tendencias tecnológicas. Gracias a esta fase, se lograrán establecer los desafíos que son necesarios para conectar con las personas claves”, se lee en la investigación.
Seguidamente de escuchar, que es una fase que centra en lo que dice, hace y piensa el consumidor con el que se quiere conectar.
“Mediante las herramientas de inteligencia se pueden desarrollar modelos de análisis y medición que contienen diferentes fuentes de datos, aportando orden y valor para obtener un conocimiento más conectado con la realidad. Esta etapa nos ayuda a asociar los desafíos de la marca con las necesidades de las personas”, dice.
Como partes claves también son empatizar, idear e implementar, que son características claves para aplicar una estrategia human-centric en una marca.
En resumen, implementar sin conocer, sin escuchar y sobre todo sin empatizar con las personas con las que queremos conectar nos lleva a un proceso de comunicación unidireccional en el que las marcas hablan y no conversan. Por lo tanto, no existirá una orientación hacia la generación de promotores de la conversación positiva.
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