Un estudio del NYT realizado hace algunos años, reveló que los artículos emocionales positivos fueron más veces compartidos que los negativos, lo que habla de la relevancia del emotional marketing para los consumidores.
Es por ello que el profesional de la mercadotecnia debe concentrarse en conocer a la perfección esta estrategia y aplicar sus bases de la mejor manera, tales como las siguientes cuatro leyes:
Cambiar de la función al sentimiento
El que un producto funcione de la mejor manera no garantiza que el consumidor lo compre, la funcionalidad del producto no es directamente proporcional a sus ventas, pero si el producto le hace sentir cómodo o le genera otro tipo de sentimientos positivos, el cliente continuará consumiéndolo.
Transformar el concepto de consumidor por el de ser humano
Las experiencias personalizadas rompen con el status quo, puesto que con ellas, se ofrece algo que no tiene todo el mundo y se obtiene algo que se percibe como si fuera hecho a la medida, lo que motivará a los consumidores a adquirir ese producto o servicio que sienten destinado a ellos.
Ir del producto a la experiencia
La firma encuestadora Freeman advirtió que tras entrevistar a mil CMO en Norteamérica, Europa y Asia, uno de cada tres de los directivos reconoció que invertirían hasta la mitad de sus presupuestos en experiential marketing, los próximos tres a cinco años, lo que habla de que el marketing de experiencia crece su dominio entre las estrategias de mercado, debido a que les permite probar el producto y enamorarse de él.
Pasar del servicio a la relación
Un cliente nuevo siempre representará mayor inversión que un consumidor asiduo al que basta con una inversión menor para mantener la relación de la marca con él, por ello, es indispensable que se dé el seguimiento necesario para convertir un servicio en una relación a largo plazo, esto, por medio de sus emociones.