Estamos en un momento en el cual están convergiendo diferentes pensamientos unos más liberales que otros que son la consecuencia de la manifestación de los deseos contenidos o reprimidos en una sociedad que no ha sido escuchada, que es controlada, manipulada e incluso en ocasiones avasallada por las instituciones incluyendo la familia, por ejemplo cuando los hijos satisfacen los deseos frustrados de los padres.

No nos damos cuenta que el egoísmo parece una forma de cáncer que va carcomiendo desde el interior de la operación de la relación padres e hijos, por ejemplo, cuando los padres ya le están diciendo a su hijo frases como «tu vas a ser el más inteligente» que en un doble sentido antitético podría conllevar más bien el deseo del padre por «tu sí vas a ser inteligente como yo no lo fui».

Otra frase como «eres el amor de mi vida» que en el doble discurso pareciera ser «no conseguí el amor y por tanto tu me lo vas a dar». Otras manifestación de deseos de los padres impuestos en el otro es “eres igualito a tu abuelo” por tanto desde el inconsciente es decirle «vas a continuar con la carga hereditaria tanto la positiva como la negativa»

Las palabras siempre llevan un doble mensaje y un contenido más allá de lo manifiesto, en lo latente y en el inconsciente se verbaliza los deseos que un hijo debe cumplir encadenando a un grillete por medio de una lealtad familiar.

No es de extrañar por tanto que entre más deseos expresados de lo que debe ser el hijo por parte de los padres, abuelos, tíos y demás, sean una forma egoísta de no reconocerle como un otro e incluso sujetarlo a la familia convirtiéndose en un sujeto de familia donde la libertad está coartada incluso desde la gestación.

Puede ser que las otras instituciones sean tan opresoras con doble carga de deseo frustrado por ejemplo, «vas a ir a la escuela donde yo estudié» o incluso el imponer una religión desde los primeros años de vida.

Basta con que el sujeto aprisionado con las cadenas de las lealtades familiares tenga un momento de revelación por medio de otros para que desborde toda aquella agresión a la cual ha sido sometido para dar el primer paso y convertirse en individuo no sujeto de la familia.

La agresión no siempre es física o verbal también es silenciosa y latente, que mayor agresión que no ser visto como un otro y sujetarlo bajo el yugo de las creencias familiares para que actúe o en el mejor de los casos realice lo que los padres no pudieron hacer en su vida.

La represión ante los deseos, sueños, aspiraciones y fantasías puede ser tan fuerte y acumulada por años que sea necesario desconectarse por medio de la locura química, con esto me refiero a las fugas en las drogas o en algún otro estupefaciente.

Darnos cuenta que actuamos bajo un concepto de moldeamiento de los padres y de las instituciones aportan estructura tales como los valores, la ética y la estética pero no deben ser confundida con actuar de los deseos no cumplido por los padres lo que conlleva a la castración identidad y a un constante actuar de algo que no somos.

Nos leemos la próxima semana.