Si estás en mercadotecnia o trabajas en publicidad, te recomiendo que dejes de ver y oír y comiences a observar y escuchar. Sí, hay una gran diferencia.
Al ir en el auto o al caminar por la calle acostumbramos pensar en mil asuntos y pocas veces ponemos atención en lo que nos rodea en el camino: los otros autos o peatones, los anuncios exteriores, los aparadores de las tiendas, el caminar de la personas, en fin, en ese mundo a través del cual pasamos metidos en nuestros asuntos.
Si nos detenemos un momento, por ejemplo en el supermercado, y observamos a las personas cómo eligen los productos, cómo ordenan su carrito o no lo hacen, si miran los precios de los artículos o no, si comparan o no, en fin, si ponemos atención nos sorprenderíamos de las distintas maneras que tienen los compradores de “usar” el supermercado. Ver a una mujer comprar un suavizante de telas es una aventura, sin no tiene ya su marca predilecta o incluso si se encuentra frente al anaquel y descubre nuevas presentaciones, abrirá cuantos empaques vea y olerá cada uno de ellos hasta tomar una decisión. Que deja la ropa suave, eso ya lo sabe, lo que busca es el aroma pues ese será el elemento principal por el que la familia reconocerá el cuidado que tiene con la ropa de la casa y cuánto los ama. Observar a una persona en una tienda de ropa, cómo elige, cómo se ve en el espejo, pide o no consejo a su acompañante para saber si compara estos o aquellos pantalones, qué comentarios hace, qué dice para convencerse. Todos tenemos nuestro proceso de compra y observando algunos pueden aparecer ideas para una campaña, para un plan de marketing, para un slogan, un titular, en fin.
En mi experiencia personal, he encontrado ideas frescas al observar y escuchar la calle, de ella nació la campaña de AutoSeguro Bancomer, la de las Bosas de Dinero que simulaban ser autos, con el concepto “¿Cuánto dejas estacionado todos los días?” Si pones atención, encontrarás, de pronto, una buena idea para tu comunicación. Ahí, en la calle, es donde están los consumidores, donde viven, sienten y se emocionan –no todos compran en línea–, observar y escuchar nos abre la puerta a nuevas perspectivas, a nuevas maneras de ver la vida, finalmente, a nuevas ideas.
Los grandes inventos, las grandes ideas de productos novedosos nacen de observar y escuchar las necesidades de las personas y éstas las expresan, experimentan y viven la mayoría de las veces, justo en la calle.
La calle es como una sesión de grupo desordenada y tú puedes ser el psicólogo. Observa cómo un niño brinca junto al carrito del súper señalando su chocolate en polvo y cómo la madre inmediatamente busca el precio y el valor nutricional en el empaque. Uno dispara la compra y la otra toma la decisión, ¿por qué le dice al niño que sí o que no?
Cuida tus sentidos y ellos cuidarán de tu ideas.
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Hasta el próximo miércoles.