AsĆ como el ser humano cada dĆa crea y cuenta con herramientas para analizar nuevos elementos dentro de su entorno, bien sea fĆsico- ambiental, comercial o laboral, dichos anĆ”lisis tambiĆ©n se voltean para evaluar el comportamiento humano desde otras perspectivas y con otros objetivos acorde al contexto actual.
Hace décadas las aptitudes eran lo único que importaba al momento de tomar en cuenta las habilidades de una persona para determinar el desempeño de su actividad laboral o comercial. Con el pasar del tiempo las habilidades blandas fueron entrando en escena, y se han posicionado como un elemento esencial a tomar en cuenta al hablar del éxito de una persona dentro de una organización. Ahora, un nuevo concepto es el de las habilidades
profundas.
Cada una de las tres abarca un aspecto del conocimiento y comportamiento humano que tienen un rol en el Ć©xito de las personas en su vida laboral y personal. Una definición de las habilidades profundas es que se tratan de cualidades complejas que conjugan el conocimiento tĆ©cnico (como en el caso de las habilidades duras) con las relaciones interpersonales (como en las habilidades blandas), que si bien se pueden cultivar, tambiĆ©n Ćntimamente relacionadas con el ser de cada persona y sus hĆ”bitos.
A diferencias del conocimiento propio de las habilidades duras o de los pasos para ir adquiriendo habilidades blandas, en el caso de las habilidades profundas se requiere de experimentar, conocer a fondo y analizar cada una de las situaciones para poder conectar todos los puntos que las rodean; se debe lograr una mezcla de saber con experiencia.
Pero hay otro aspecto que se involucra mÔs con el ser de cada persona cuando se habla de las habilidades profundas y es el interés del individuo. Mientras las otras dos son instrumentales, las profundas tienen carga de propósito, es decir, deben aportar un sentido al momento de trabajar y al vivir.
Tomando como ejemplo la creatividad, una habilidad con la que se cuenta o no y se puede considerar como profunda, para desarrollarla se requieren aspectos actitudinales, hÔbitos, disposiciones mentales, asà como dominar una serie de prÔcticas y adquirir determinados conocimientos y forjar el carÔcter.
Ahora bien, si este conjunto de condiciones se dan pero no existe una motivación adecuada en el contexto que se desenvuelve el individuo en cuestión no se producirÔ un desarrollo de la creatividad en esa persona. Y aunque se puede llegar a pensar que en el Ômbito empresarial una habilidad profunda como la creatividad no es la mÔs necesaria, su utilidad se multiplica si se toman en cuenta actividades que pueden contribuir al desarrollo de la productividad e innovación en la organización como el design thinking o una tormenta de ideas.
Uno de los elementos por los que hasta el momento este tipo de habilidades no han sido estudiadas a detalle tiene que ver con qué implica atender las ciencias sociales, la ética, humanidades y la gestión empresarial. Todas ramas que estÔn distantes la una de la otra, por lo cual no se han conjugado para llegar a este tipo de anÔlisis, pero vale la pena analizarlas y tenerlas en cuenta para el desarrollo de una organización.