Faltan unos días para que tengamos elecciones presidenciales en México. Y por eso hablaré de lo inevitable: la influencia del mundo digital en temas políticos, particularmente su influencia en el marketing de los candidatos.
Pero primero lo primero: Me gusta pensar cómo el mundo digital cambió el juego en la política desde el 2012 en México, cuando por primera vez se utilizaron las redes de forma masiva como herramienta de propaganda y difusión.
En ese tiempo, las estrategias se basaban en conversaciones promovidas por bots, particularmente en Twitter. Había “WarRooms” o “granjas de bots” (aún existen, por supuesto, pero creo que en ese tiempo había muchas más).
También trascendió que se le inyectó muchísimo presupuesto a medios como Facebook -en ese entonces aún no estaban regulados esos medios-. Otra característica importante fueron la creación de las páginas web con las propuestas de los candidatos. Durante el 2012 ingresaron de lleno las estrategias políticas a nivel de marketing digital.
Seis años más tarde, durante la elección del 2018, fue un proceso muy parecido al anterior: El eje central de las estrategias fueron Twitter -continuando con las granjas de bots- y Facebook. A este punto se agregó un nuevo jugador: Instagram.
Ya para entonces, se tenía plena consciencia de como las redes y el mundo digital podían ayudar a crear bombas virales con el fin de ganar popularidad conocimiento de marca.
Por otro lado, se tenía el histórico de la elección anterior, seis años de experiencia de agencias, profesionales y de la industria en general. Creo que a partir de este punto se tomó consciencia real de lo que podrían representar los alcances de las redes sociales como medio.
En este punto, muchos de los candidatos, casi todos, sabían que no podían lanzarse sin una estrategia sólida de redes sociales e inversión en medios digitales.
Si mi memoria no me falla, durante este tiempo fue cuando empezó a ganar notoriedad Movimiento Ciudadano precisamente con su primera canción que pegó casi en todos los niveles o al menos cerca de ese tiempo.
Han pasado 6 años desde las últimas elecciones y más cosas han cambiado. Para empezar, creo que partimos de la importancia real del mundo digital tanto para los candidatos como para el público en general.
Ahora más que nunca, las campañas viven en redes sociales. Las conversaciones sobre los candidatos están presentes en todos los niveles, tanto en X, como en Instagram y, por supuesto, en TikTok.
En este sentido, el gran actor de estas elecciones es precisamente TikTok como termómetro de popularidad, por un lado, y como parte fundamental del lenguaje de una nueva generación. Durante el 2012, Twitter estaba de moda entre los más jóvenes.
Doce años más tarde, casi nadie lo recuerda y solo está en un nicho muy particular. Lo de hoy es precisamente TikTok y es interesantísimo cómo todos los candidatos a la presidencia tienen precisamente esta herramienta de comunicación.
Estamos viendo, como nunca antes, la personalización de los candidatos gracias a esa red social. Caso especial nuevamente lo resalto, la estrategia de Movimiento Ciudadano con su candidato Máynez. Lo que me parece más importante es que, hasta antes del primer debate, nadie -nadie-había escuchado hablar de él.
El “buzzmedia” y viralidad que alcanzó es un hito que nunca había visto en redes. Pasó de 100K a más de 1 millón de seguidores en una semana. Lo repito nuevamente: ¡En una semana!
No solo eso, logró que todos hablaran sobre él en redes sociales y sus propuestas se viralizaron en TikTok. Precisamente siempre digo que el manejo del marketing en Movimiento Ciudadano es más como de una marca que de un partido político, sin duda.
A través de las últimas tres elecciones hemos visto cómo las redes sociales y el mundo digital toma mayor protagonismo. De la misma forma que he hablado sobre el crecimiento de las compras online, creo que sucederá lo mismo dentro de seis años.
Yo creo que haciendo predicciones desde ahora el 2030 tendremos nuevamente como rey a TikTok y será un proceso muy similar a este. Con mayor protagonismo e inversiones del mundo digital, por supuesto.
Pero lo que no me atrevo a hacer una predicción será para el 2036 porque creo que habrá una reconfiguración interesante en el consumidor, las redes sociales de ese tiempo y, claro, será la primera vez que ingrese la generación Alfa a las votaciones, con todos sus medios, redes sociales, formas de comunicación, etcétera.
De igual forma me estoy adelantando muchísimo en el tiempo, pero será interesante apreciar estos dos procesos en el futuro. Al menos tendremos una idea.
Mientras tanto, a esperar resultados de una elección cuyas encuestas favorecen a una de las tres opciones a la presidencia.
En cualquier caso, salgamos a votar.