Si bien, las palabras marketing y publicidad son parte del argot mercadológico, lo cierto es que ambas tienen significados distintos para usos diferentes, no obstante, algunos profesionales suelen confundirlas todavía.
Superficialmente, el marketing y la publicidad parecen ser palabras sinónimos que se utilizan sin distinciones para describir procesos que ayudan a vender productos y servicios. Publicaciones como Yec y Entrepreneur refieren que para lograr diseñar una estrategia de marketing fija se requiere conocer bien las palabras a fondo.
El marketing se entiende como la actividad, conjunto de instituciones o procesos para comunicar, diseñar, intercambiar ofertas que agreguen valor a los clientes, socios, e incluso público. Concretamente, una planificación con análisis integrado para actividades comerciales destinadas a la comercialización de productos y ofertas de valor.
En tanto, la publicidad se entiende como una acción de llamar algo a la atención del público, todo tipo de anuncios y en todos los formatos posibles.
El marketing funciona con estrategias de mercadotecnia que requieren tiempo e investigación, la preparación del producto para el mercado y después el desarrollo de la compra-venta donde las necesidades de una marca son cubiertas por un grupo de profesionales, quienes se apoyan en una investigación previa, la cual aporta datos para diseñar una propuesta.
De acuerdo con Inc, una estrategia de marketing se divide en fases como producto, lugar (distribución, ubicación), producto, precio y promociones. La contraparte, los consumidores procesan la información a través de la recepción de la comunicación publicitaria.
Asimismo, la publicidad debe convencer al cliente potencial de volverse consumidor sobre los productos de la marca, o bien, debe abrir una nueva necesidad. En aspectos avanzados de ambos términos, se incluyen planificación de medios, relaciones públicas, desarrollo de productos, distribución, posicionamiento, atención al cliente, entre otras.